"No lo habríamos detenido si no creyéramos que tenemos las pruebas suficientes" sostuvo una fuente de Fiscalía en referencia a López, a quien implican en la muerte de 11 de diputados del Valle a manos de las FARC.
“Ni el embustero más genial es capaz de inventarse una historia tan larga, con tanto detalle y tanta coherencia. Yo le preguntaba y le volvía a preguntar sobre detalles, porque a uno también le surgían dudas, y él los repetía una y otra vez igual que como los había dicho antes. Nunca pensé que no estuviera diciendo la verdad”.
Así, tajantemente, Julio César Londoño asegura sin titubeos que nunca se le pasó por la cabeza que el ex diputado del Valle Sigifredo López hubiese tenido que ver con el secuestro de sus compañeros de Asamblea y, de paso, su propio cautiverio.
Londoño fue el periodista que se sentó con el político liberal durante meses a escuchar el relato de su encierro, relato que se transformó en el libro El triunfo de la esperanza. En la tercera hoja se encuentra plasmada una dedicatoria que hoy, con López investigado por supuestamente haber facilitado el secuestro de sus colegas, produce una profunda desazón: “Este libro está dedicado a la memoria de mis once hermanos, los diputados del Valle injustamente masacrados”.
Mientras el país se divide entre quienes creen imposible que el dirigente esté relacionado con este atroz crimen y quienes empiezan a señalarlo con dedo acusador, López espera a que la Fiscalía inicie la indagatoria.
Cuatro son los cargos que se le imputan: homicidio agravado, perfidia, toma de rehenes y rebelión. Fuentes de la Fiscalía le aseguraron a este diario que tienen sólidas evidencias que podrían llevar a Sigifredo López a juicio por el secuestro y asesinato de 11 diputados del Valle.
“No lo habríamos detenido si no creyéramos que tenemos las pruebas suficientes. Este es un caso muy sensible, que no nos tomamos a la ligera”, aseveró alguien que conoce el expediente. La emisora La FM reveló que una de las mejores cartas de la Fiscalía es un video obtenido del abatido jefe de las Farc Alfonso Cano, en el que López aparecería haciéndoles una exposición a los guerrilleros de cómo se podría ejecutar el plagio.
De acuerdo con esta información, el rostro del hombre que habla sale a contraluz, por lo que es difícil identificarlo plenamente, pero la voz concordaría con la de Sigifredo López.
Se supo que el ente investigativo tendría en su poder, además, más de 20 pruebas entre interceptaciones telefónicas y memorias USB incautadas en campamentos guerrilleros que reforzarían la teoría de la participación de López en el secuestro de los diputados del Valle, ocurrido el 11 de abril de 2002 —dos meses después de finalizada la zona de distensión entre el gobierno Pastrana y las FARC—.
Mientras el ex alcalde de Pradera (Valle) sorteaba con los trámites propios de su arresto, un hombre llamado Gustavo Arbeláez Cardona, alias Santiago, contactó desde la cárcel de Cómbita (Boyacá) a varios medios de comunicación para divulgar que él era el número dos del frente urbano Manuel Cepeda Vargas —que cometió el secuestro—, que él había liderado el plagio de los políticos y que era una “total mentira” la acusación contra el dirigente vallecaucano. “Nunca coordinamos la operación con Sigifredo López”, agregó. Santiago también rechazó la veracidad del relato de alias El Cabezón, quien declaró en televisión que López sí estaba involucrado en el crimen y luego, en Justicia y Paz, se retractó.
Aunque López no ha emitido ningún pronunciamiento público y su familia también ha evitado dar declaraciones a medios, todo el testimonio de sus vivencias como secuestrado de las FARC está consignado en detalle en su libro, que publicó dos años después de que la ex senadora Piedad Córdoba gestionara su liberación.
En él quedan en evidencia la crueldad, los maltratos y las humillaciones de los que fueron objeto durante años tanto él como sus compañeros (ver recuadros). “En lo que tiene que ver con las realidades del cautiverio, meto las manos al fuego por él”, expresa Julio César Londoño.
Paradójicamente, el jueves el Tribunal Administrativo del Valle del Cauca aceptó una demanda que, en febrero de 2010, Sigifredo López instauró contra el Estado colombiano por sus fallas en la protección de la Asamblea del Valle. Con esa demanda se convirtió en el primero de los ex secuestrados políticos en exigir reparación, en este caso de $7.895 millones, por el trauma soportado a manos de las FARC.
López acusó al Estado de no haber tomado las medidas necesarias para evitar el plagio masivo, pero, ahora, la justicia lo acusa a él de haber promovido tal crimen. Lo que los familiares de López piden, y lo que la ciudadanía espera, es que la justicia con celeridad haga que el país pase pronto del asombro a la certeza.