"Cualquiera que estuviera desconcentrado y dedicado a cosas distintas a enfrentar el terrorismo a los criminales no podría estar acá", dijo el jefe de la cartera de la Defensa.
Tras los rumores que surgieron sobre la división que existe en el mando militar de Colombia, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, descartó que haya diferencias entre los comandantes y advirtió que si alguien promueve este tipo de actitudes tendrá que abandonar su cargo.
"No tengo evidencia alguna de ese tipo de choques o enfrentamientos, y al contrario sí hago la siguiente información. Cualquiera que estuviera desconcentrado y dedicado a cosas distintas a enfrentar el terrorismo a los criminales no podría estar acá; puedo decirles que aquí es lo que ha habido es un trabajo en equipo", dijo el jefe de la cartera de la Defensa.
Pinzón señaló que entre el comandante general de las FF.MM., general Alejandro Navas, y el comandante del Ejército, General Sergio Mantilla, existe una relación profesional y de compromiso con la lucha contra el crimen y descartó la supuesta fractura en el mando.
"Aquí tenemos generales con carácter, aquí hay personas que tienen opiniones propias y queremos que nos las digan, y queremos que esas discusiones se den, pero de ahí a tratar de crear un ambiente de malestar, a no sé con qué fin y quién podrá estar queriendo hacer esto, querer de fraccionar al ato mando pues eso no puede ser no es aceptable, pero no hay evidencia de que eso esté ocurriendo", agregó Pinzón.
Pinzón manifestó que todos los oficiales que componen la cúpula cuentan con el apoyo de la tropa y no existen favoritismos, como sugieren los rumores que circulan en la institución.
Según versiones que circulan en el Ministerio de Defensa, los oficiales han tenido fuertes discusiones y no coinciden en las opiniones sobre el manejo operativo de las unidades militares lo que supuestamente ha generado un distanciamiento.
Sin embargo, esta discusión habría llegado a la tropa, que prefiere seguir sólo las instrucciones de uno de los comandantes y deslegitimar el poder de mando del otro uniformado.