Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia mantienen cautivo a un grupo de efectivos desde hace más de una década y revelaron que antes de lo ocurrido el fin de semana, habían decidido liberar a seis rehenes.
Bogotá. Colombia anunció este martes que continuará la búsqueda de 11 policías y militares secuestrados por la guerrilla de las FARC para intentar rescatarlos, pese al clamor de las familias que temen un desenlace fatal como el de otros cuatro rehenes asesinados por los rebeldes.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) mantienen cautivo a un grupo de efectivos desde hace más de una década y el martes revelaron que, antes de la muerte el fin de semana de tres policías y un militar cuando soldados intentaban rescatarlos, habían decidido liberar a seis rehenes.
"Es un deber de la Fuerza Pública siempre estar pendiente de proteger la vida, los derechos y libertades de los ciudadanos, así que siempre será necesario actuar con ese objetivo", dijo el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, en las honras fúnebres de los cuatro efectivos asesinados.
El asesinato de los cuatro rehenes durante una operación de búsqueda en la selva del sur del país fue el golpe más duro dado por las FARC desde que sufrieron la muerte de su máximo comandante, Alfonso Cano, en un combate con el Ejército a comienzos de noviembre.
Las FARC, diezmadas por una ofensiva militar en la que han muerto varios de sus líderes mientras cientos de sus combatientes han desertado, mantienen la orden de asesinar a los rehenes si se produce una operación de rescate de las Fuerzas Armadas.
Un policía que llevaba casi 12 años secuestrado sobrevivió a la ejecución de los guerrilleros porque corrió y se escondió en la selva en el momento en que se inició el combate entre los rebeldes que cuidaban a los rehenes y el Ejército.
Iban a liberar rehenes. El grupo rebelde dijo que antes de ese hecho había tomado la decisión de liberar a seis de sus cautivos, aunque no reveló sus identidades ni la fecha en que lo haría.
"Esta fue la determinación del comandante Alfonso Cano días antes de ser asesinado por el régimen guerrerista y sanguinario", precisó una carta de las FARC dirigida a varios activistas de paz, incluida la ex senadora Piedad Córdoba.
Córdoba, a quien en el pasado las FARC le entregaron varios rehenes, dijo que recibió la carta horas antes de la muerte de los cuatro efectivos de las Fuerzas Armadas.
El grupo rebelde expidió un comunicado el martes en la noche en el que aseguró que los cuatro rehenes asesinados y el sobreviviente eran trasladados a un sitio para su entrega, mientras acusó al Gobierno por el trágico desenlace.
"Denunciamos ante la opinión nacional y mundial que tal hecho obedeció al afán del presidente Santos y el alto mando militar por impedir su inminente liberación unilateral", aseguraron las FARC.
Inmediatamente no quedó claro si la guerrilla mantendrá su palabra y liberará a otros rehenes. Tampoco hubo una respuesta del Gobierno a la acusación del grupo rebelde.
De acuerdo con analistas, la guerrilla acostumbra a liberar en forma unilateral a secuestrados como un gesto de paz para ganar protagonismo político y limpiar su imagen a nivel nacional e internacional.
Pese a la muerte de importantes dirigentes y a un debilitamiento militar, el grupo que dice luchar por un sistema socialista en un país con marcadas diferencias entre ricos y pobres designó a Rodrigo Londoño, más conocido como Timoleón Jiménez o "Timochenko", en reemplazo de Cano y anunció que continuará en la lucha armada.
Aunque no cerraron por completo la posibilidad de una negociación de paz, las FARC -vistas como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea- rechazaron el llamado del presidente Juan Manuel Santos para que abandonen la lucha armada y pongan fin a un conflicto de casi cinco décadas.
El asesinato de los cuatro efectivos de las Fuerzas Armadas dificulta por ahora cualquier posibilidad de diálogo de paz, de acuerdo con analistas.
El grupo rebelde llegó a tener más de 60 rehenes entre efectivos de las Fuerzas Armadas y políticos, como parte de una estrategia con la que pretendía presionar al Gobierno para intercambiarlos por cientos de guerrilleros presos.
Entre los rehenes figuraba la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y tres estadounidenses rescatados por el Ejército en julio del 2008. Otros secuestrados fueron liberados por las FARC como un gesto de paz y algunos se fugaron.
Desde el 2003, el grupo guerrillero ha asesinado a 25 rehenes, incluidos 11 diputados del departamento del Valle y un gobernador.