La polémica sobre la condición de salud de vicepresidente Angelino Garzón se suscitó luego de que Santos revelara que se sometería a una cirugía. El vicepresidente reconoció que está "discapacitado", pero no está "incapacitado" tras un accidente cerebro vascular isquémico.

Bogotá. El vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón, dijo hoy que se siente capacitado para ejercer su cargo, en alusión a su condición de salud tras sufrir en junio una isquemia cerebral y un coma, pero que se retirará si se lo solicita el presidente Juan Manuel Santos, que a su vez se recupera de una cirugía de próstata.

Garzón explicó hoy a medios colombianos que el jueves se negó a un examen médico ordenado por el Congreso porque su realización no tenía soporte legal y éste sólo sería indispensable si se fuera a reemplazar al jefe de Estado.

"Yo fui elegido para defender la democracia, la Constitución y las instituciones. Estas no pueden ponerse en peligro por el interés de algunas personas", manifestó.

La polémica sobre la condición de salud de vicepresidente -quien según la ley colombiana debe reemplazar al presidente en ausencia de éste, se suscitó luego de que el martes Santos revelara que tenía cáncer de próstata y que se sometería a una cirugía, aunque el mandatario aclaró entonces que se mantendría "todo el tiempo" en funciones.

El artículo 202 de la Constitución colombiana señala que "el vicepresidente tendrá el mismo periodo que el presidente y lo reemplazará en sus faltas temporales o absolutas, aun en el caso de que éstas se presenten antes de su posesión".

Agrega que "en las faltas temporales del presidente bastará con que el vicepresidente tome posesión del cargo en la primera oportunidad (...) En caso de falta absoluta del presidente, el vicepresidente asumirá el cargo hasta el final del periodo".

Al respecto, Garzón indicó este viernes que Santos se recupera de forma satisfactoria de la cirugía de próstata que se practicó el miércoles. Agregó que, en su caso particular, no es necesario someterse a examen médico, a no ser que el presidente lo solicite.

Por su parte, el senador Juan Lozano coincidió en que el vicepresidente Garzón no tiene la obligación legal de someterse a un examen médico, pero recomendó que los funcionarios del gobierno se realicen valoraciones periódicas.

La víspera Garzón explicó que no aceptó que una comisión de médicos le realizara una serie de chequeos médicos porque si hubiera aceptado se habría prestado a un golpe de Estado al gobierno de Santos.

"Prestarme en este momento para este tipo de exámenes es prestarme a un golpe de Estado a la democracia colombiana. Si con mi vida tengo que defenderla, con mi vida lo haré y una forma de hacerlo es reiterar que el presidente está ejerciendo en este momento, lo que es una cosa admirable, y por ello no es procedente", afirmó entonces.

El funcionario recibió esta semana a una delegación encabezada por la Academia Nacional de Medicina, pero no se dejó practicarse los exámenes solicitados por el presidente del Senado, Roy Barreras, ante las dudas sobre su salud, en momentos en que el presidente Santos convalece de una cirugía de próstata.

"Si me hubiera prestado para esto, estaría poniendo en duda que el presidente está ejerciendo y sería un golpe a la democracia en Colombia. Como vicepresidente estoy para defender la institucionalidad y la Constitución", aseveró.

El vicepresidente Garzón reconoció el jueves que está "discapacitado" motrizmente tras sufrir un accidente cerebro vascular isquémico, pero no está "incapacitado" para ejercer sus funciones en la segunda magistratura del país sudamericano.

Garzón fue internado en una clínica de Bogotá el pasado 14 de junio tras padecer una infección y cuatro días después su estado empeoró y fue internado en cuidados intensivos. Estuvo una semana en coma inducido.

En agosto pasado, un grupo de siete senadores visitó a Garzón para ver su estado de salud y concluyó que el vicepresidente estaba lúcido