La designación de Petraeus podría ser el último tiro de dados de Washington para poner fin a un conflicto cada vez más costoso que está agotando los presupuestos de Occidente.
Kabul. La guerra en Afganistán, que ya lleva nueve años, haalcanzado una etapa crítica, dijo este domingo el general de EstadosUnidos, David Petraeus, mientras asumía formalmente el comando de lafuerza de 150.000 hombres liderada por la OTAN, que enfrenta a lainsurgencia de los talibanes.
"Estamos involucrados en unadura lucha. Luego de años de guerra hemos alcanzado un punto crítico",dijo Petraeus a invitados en una ceremonia de cambio de comando en lasede central de La Fuerza para la Asistencia en Seguridad Internacional(ISAF) liderada por la OTAN en Kabul.
Petraeus fue designadola semana pasada para que dirija a todas las tropas en Afganistán,luego de que su antecesor, el general Stanley McChrystal, fueseremovido por comentarios que hizo junto a sus colaboradores sobrefuncionarios del gobierno durante una entrevista con una revista.
Elcambio de comando se da en un momento en el que los talibanes seencuentran en su nivel más fuerte desde que fueron derrocados en el2001 y mientras las bajas de la ISAF aumentan cada día.
Petraeus,quien vestía un traje camuflado y habló cerca de una columna de mármoldedicada a las fuerzas de la ISAF que han muerto en la campaña enAfganistán, dijo que su designación indica un cambio de comando, no deestrategia.
Petraeus llegó a Kabul este viernes, después de quesu designación fue confirmada por el Senado de Estados Unidos y laCámara de Representantes aprobó US$33.000 millones enfinanciamiento para un aumento de soldados que intentará cambiar luegola situación de la guerra.
El aumento de soldados elevará a150.000 la cantidad de militares extranjeros en Afganistán, mientras lanueva estrategia se afirma. Implica lidiar con los talibanes en susdistritos a la vez que depende del gobierno para que mejoresimultáneamente el avance y desarrollo del gobierno local
Ladesignación de Petraeus podría ser el último tiro de dados deWashington para poner fin a un conflicto cada vez más costoso que estáagotando los presupuestos de Occidente, mientras los países salen de unade las peores recesiones mundiales de la historia.
A él se leencargó no sólo ganar la guerra contra la insurgencia, sino tambiéncomenzar el retiro de las fuerzas en Estados Unidos desde julio delpróximo año.
"Debemos demostrarle al pueblo afgano y al mundoque Al Qaeda y su red de aliados extremistas no tendrá permiso parareestablecer nuevamente sus bastiones en Afganistán", afirmó.