El balance del Ejército reveló que en los enfrentamientos murieron 453 integrantes de las FARC, 30 del Ejército de Liberación Nacional y 30 de bandas criminales conformadas por antiguos paramilitares de ultraderecha dedicados al narcotráfico.
Bogotá. Los combates del Ejército de Colombia con la guerrilla izquierdista y otros grupos armados ilegales dejaron 818 muertos en el 2010, una reducción de 5,6% frente a los 867 en el año anterior, informaron este viernes las Fuerzas Militares.
El balance del Ejército reveló que en los enfrentamientos murieron 453 integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), 30 del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y 30 de bandas criminales conformadas por antiguos paramilitares de ultraderecha dedicadas al narcotráfico.
Asimismo, perdieron la vida 305 efectivos militares, la mayoría en ataques con explosivos cometidos por las FARC, el mayor grupo rebelde del país que dice luchar por imponer un régimen socialista en una nación con marcadas diferencias sociales entre ricos y pobres.
El informe de operaciones reveló que en el año se registraron 1.200 combates en todo el país y se produjo la destrucción de más de 800 instalaciones entre campamentos de grupos armados ilegales y laboratorios para la producción de cocaína.
Colombia afronta un conflicto interno de más de cuatro décadas en el que las Fuerzas Armadas combaten a la guerrilla y a otras organizaciones ilegales que obtienen millonarios ingresos de la producción y el tráfico de cocaína.
Para el ejército las operaciones más exitosas fueron el bombardeo en el que murió el jefe militar de las FARC Jorge Suárez Briceño, alias el "Mono Jojoy", y el rescate en medio de la selva de cuatro efectivos de las Fuerzas Armadas que permanecían secuestrados por el mismo grupo rebelde.
"La operación militar Camaleón marcó un hito en la historia de las operaciones de rescate", dijo el informe.
En esa operación efectivos del Ejército se camuflaron varios días entre la espesa selva del departamento de Guaviare para llegar hasta un campamento de las FARC y arrebatarles a los rebeldes a tres oficiales de la policía y un suboficial del Ejército que estaban secuestrados desde hacía más de 12 años.
El Ejército aseguró que con la entrega voluntaria de 1.650 rebeldes y la captura de más de 5.000, continuó el paulatino debilitamiento militar de la guerrilla a la que se le confiscaron más de 1.500 fusiles, explosivos y equipos de comunicaciones.