Con la prisión domiciliaria concedida al líder opositor venezolano Leopoldo López, el Gobierno de Nicolás Maduro apuesta a disminuir la intensidad de las protestas en su contra y apaciguar las presiones de la comunidad internacional, pero la medida podría ser una dosis de vitaminas para los manifestantes.
Con la prisión domiciliaria concedida al líder opositor venezolano Leopoldo López, el Gobierno de Nicolás Maduro apuesta a disminuir la intensidad de las protestas en su contra y apaciguar las presiones de la comunidad internacional, pero la medida podría ser una dosis de vitaminas para los manifestantes.
Desde principios de abril, cuando empezó una nueva ola de protestas callejeras, la crisis ha empeorado vertiginosamente, con choques casi diarios entre manifestantes con bombas molotov, piedras y palos y la fuerza pública con su equipo antimotines.
Las refriegas han dejado cerca de un centenar de muertos y despertado la condena de varios países, que han pedido el cese de la "represión" de los uniformados, la liberación de más de 400 "presos políticos" y una salida pacífica a la crisis.
El mandatario, un exchofer de autobús de 54 años, ha ignorado las recomendaciones de la ONU, OEA, Estados Unidos, la Unión Europea y de países latinoamericanos, pero el deterioro de la crisis lo habría forzado a sugerir a la justicia relajar las condiciones carcelarias de López, coinciden analistas.
"Maduro espera disminuir la intensidad de las protestas y dividir y distraer a la oposición en un momento crucial", dijo Nicholas Watson, de la firma Teneo Intelligence, en un reporte.
El asedio de simpatizantes del oficialismo al Parlamento esta semana fue la gota que derramó el vaso y dejó mal parado al Gobierno, según los especialistas. Videos y fotos mostraron que la Guardia Nacional tomó un rol pasivo ante la golpiza que recibieron los diputados opositores.
A pesar que la prisión domiciliaria de López fue aplaudida por distintos gobiernos, incluyendo el de Estados Unidos, todos ellos pidieron a Maduro a liberar al resto de activistas que consideran "presos políticos", lo que indica que probablemente seguirán presionando por cambios concretos.
A diferencia de lo que piensan algunos analistas, la oposición ha dicho que la vuelta de López a su casa junto a su familia, le dará más fuerzas para seguir pujando en las calles por un cambio de gobierno.
"El Gobierno puede estar interesado en bajar la tensión porque la situación política actual representa riesgos (...), pero no existe ninguna posibilidad de que renuncie ni se vaya, ni ofrezca ahora mismo unas elecciones", opinó el analista Luis Vicente León, cuya encuestadora Datanálisis ubicó la popularidad de Maduro en un 21 por ciento en junio.
Fisuras. López, un economista de 46 años educado en Estados Unidos, vio crecer su figura en los 41 meses que estuvo preso en una cárcel militar, incluso opacando al excandidato presidencial Henrique Capriles y al expresidente del Congreso Henry Ramos.
Capriles y otros líderes han sido partidarios de medidas menos combativas que López y en el pasado han mostrado disposición para sentarse con el Gobierno a tratar de dialogar, algo que las huestes de López no ven con buenos ojos.
Aún se desconocen las condiciones del arresto domiciliario de López, pero el saludo del sábado ante cientos de sus seguidores que se agolparon en la puerta de su casa para verlo, da indicios de que su carácter explosivo no ha sido doblegado.
"Liberando a López, Maduro probablemente espera abrir brechas latentes dentro de la coalición", dijo Watson sobre el heterogéneo grupo que incluye a una treintena de partidos.
Y algunos creen que con la medida, Maduro también garantiza que el chavismo disidente, que coincide en muchos puntos con los líderes opositores más moderados, no se termine alineando con ellos ahora que López ha vuelto a ganar protagonismo.
"(El arresto domiciliario) de López disminuye las probabilidades de que el chavismo disidente y la oposición hagan una nueva alianza", dijo Michael McCarthy, del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Washington.
Pero quizás sin quererlo, la medida a favor de López pueda también generar fracturas dentro del chavismo gobernante.
Hora después de conocerse la noticia, altas figuras del Gobierno hicieron sentir públicamente su malestar por considerarlo un "terrorista" responsable de la muerte de 43 personas durante una ola de protestas en el 2014.
"No estoy de acuerdo con casa por cárcel a Leopoldo López, pero la acato", dijo la dirigente oficialista y exministra de cárceles, Iris Varela. "Nos llena de indignación".
En las últimas semanas, la convocatoria de Maduro a una Asamblea Constituyente que reescribirá la carta magna ha sido criticada por disidentes como exministros y redactores de la Constitución vigente, ideada por el fallecido líder Hugo Chávez.
"La supervivencia de Maduro depende, en parte, de evitar que un hilo de disidentes se convierta en una estampida", dijo Watson, de Teneo Intelligence.