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Conflictos sociales disparan riesgos políticos en Perú en el primer aniversario de Humala
Viernes, Julio 27, 2012 - 17:49

Ollanta Humala cumplirá este sábado su primer año al mando de una de las economías que más crece en Latinoamérica, sitiado por cientos de conflictos que han desgastado su capital político y hundido su popularidad.

Lima. El presidente peruano Ollanta Humala podría quedar aislado políticamente y sin un rumbo claro si no logra desactivar las protestas sociales que frenan millonarios proyectos de inversión y mantienen paralizada su agenda de largo plazo.

El militar retirado cumplirá este sábado su primer año al mando de una de las economías que más crece en Latinoamérica, sitiado por cientos de conflictos que han desgastado su capital político y hundido su popularidad, en un país donde un tercio de la población no recibe los beneficios de su riqueza natural.

Mientras pelea por despejar el camino a los emprendimientos, principalmente proyectos mineros por unos US$53.000 millones considerados clave para financiar su promesa de mayor equidad social, la presión sobre Humala crece junto con la polarización entre fuerzas de izquierda y derecha.

El mandatario mantuvo su discurso pro mercado tras asumir en el 2011 y ganó aliados en el empresariado, que esperaba con recelo a su gobierno. Pero en simultáneo, perdió el apoyo de parte de la izquierda que estuvo a su lado desde su primer intento por llegar al poder en el 2006.

Algunos analistas lo ven atrapado entre estas dos fuerzas y otros lo definen como secuestrado por la derecha y sin una ruta clara entre la agudización de las tensiones políticas y la demanda constante de cambios sociales que han dejado 15 muertos el último año.

"Para mí, el escenario más probable no es (que haya) un gobierno de derecha sino un Gobierno vacilante, sin rumbo y sin aliados sólidos", dijo en un debate universitario el analista político Steven Levitsky, profesor de la Universidad de Harvard.

Es "un gobierno que responde a los eventos día a día en vez de promover una agenda clara", afirmó.

Para Levitsky mantener el auge económico peruano -su PIB crecería un 6% este año pese a las turbulencias externas- es clave, pues de lo contrario, la derecha también podría alejarse.

"Existe el riesgo que este gobierno que no tiene partido, que ya perdió sus aliados originales, termine siendo políticamente aislado, y la historia de los gobiernos personalistas que se quedan aislados no es muy feliz, es una receta para una crisis presidencial", consideró.

Desarrollo social en rojo. El complejo escenario parece alejar asimismo el sueño de Humala de aplicar en Perú la receta "socialdemócrata criolla" -como le llama Levitsky- que implementó con éxito en Brasil su mentor, el popular ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva.

La agenda oficial incluye fortalecer las desacreditadas instituciones del Estado, mejorar las condiciones laborales para los trabajadores y ampliar la cobertura de sus programas sociales. Pero hasta el propio ministro de Economía y Finanzas admite que no camina al ritmo planeado.

"En el ámbito macroeconómico somos la estrella de la región, en la parte microeconómica aún hay sectores rezagados, aunque estamos avanzando, pero en la parte social, en la creación de oportunidades, definitivamente estamos jalados", dijo recientemente el ministro de Economía, Luis Castilla.

La gestión de Humala tuvo un inicio auspicioso y se aprobaron en el Congreso algunas leyes importantes para su plataforma política. Pero luego se topó con el agudo conflicto social que descarriló su agenda.

Los problemas comenzaron con el rechazo al proyecto Minas Conga de US$5.000 millones de la estadounidense Newmont. El inicio de las obras ya se retrasó por lo menos un año y está bajo la latente amenaza de los pobladores que temen que afecte sus fuentes naturales de agua.

Newmont dijo el viernes que las persistentes protestas podrían demorar el progreso de su mina y que sólo avanzará con el apoyo del gobierno y de las autoridades locales.

Minas Conga y el plan cuprífero Las Bambas de Xstrata Copper, otro desarrollo que está en la mira de algunos manifestantes antimineros, equivalen a cerca de un 7% del Producto Bruto Interno (PIB) de Perú.

La minería representa el 60% de las exportaciones y es el mayor contribuyente de impuestos del país. Las nuevas inversiones deberían elevar la recaudación fiscal en Perú y permitirle a Humala aplicar medidas para lograr que los pobladores reciban mayores beneficios del boom económico.

No todas son malas noticias, sin embargo.

Recientemente el sector se tomó un respiro con el visto bueno de la población del plan cuprífero Quellaveco de más de US$3.000 millones de Anglo American. Aunque entraría en operación después de que culmine el Gobierno de Humala en el 2016.

Diálogo en país polarizado. Los conflictos desencadenaron esta semana un segundo cambio del gabinete y derrumbaron la popularidad del mandatario a un 40%, desde el 65% de sus primeros meses en el poder.

Humala desembarcó al primer ministro Oscar Valdés, un militar retirado que fue duramente criticado precisamente por la dura manera en la que encaró las protestas, y colocó en su lugar a un experto en derechos humanos, Juan Jiménez. El objetivo es imprimir un tono más dialogante.

"Vamos a conducir una política destinada como el elemento importante a replantear el tema del conflicto social en Perú (...) es el gabinete del diálogo", dijo Jiménez al asumir.

Los conflictos sociales han generado profundas divisiones en el país. Los peruanos que viven en la pobreza suele salir a las calles enojado por sentirse olvidados y para hacer escuchar su resquemor frente a las actividades extractivas.

"(Humala) vive atrapado en una polarización, que es la polarización que se ha producido con el viraje a la centro-derecha", afirmó Sinesio López, sociólogo y profesor de la Universidad Católica de Perú.

Las protestas se han agudizado en parte porque algunos peruanos -que habían hecho campaña a favor de Humala- sienten que el mandatario dejó de lado sus promesas sociales, según analistas.

"(El presidente) tiene que abrir su agenda política a otros temas, que haga notar que está preocupado con el mismo ímpetu que está en el tema Conga en educación, salud y carreteras para hablar de tres cosas muy concretas", consideró el analista político Santiago Pedraglio.

Autores

Reuters