El proyecto fue aprobado con 35 votos a favor de un total de 57 curules. El próximo paso es que la Sala Constitucional se pronuncie sobre su constitucionalidad.
San José.- El Congreso de Costa Rica aprobó este viernes en primera votación una polémica reforma tributaria impulsada por el gobierno del presidente Carlos Alvarado para enfrentar una crisis fiscal, a pesar de la protesta de trabajadores del sector público que mantienen una huelga por tiempo indefinido desde hace casi un mes.
El proyecto fue aprobado con 35 votos a favor de un total de 57 curules. El próximo paso es que la Sala Constitucional se pronuncie sobre su constitucionalidad y, posteriormente, la norma regresará al Congreso para su segunda y última discusión.
"Esta reforma es vital para dar confianza a quienes prestan dinero al país", dijo la presidenta del Congreso, la oficialista Carolina Hidalgo, durante una entrevista con Reuters.
La reforma fiscal tiene como principal iniciativa la conversión del impuesto de ventas del 13% a un Impuesto al Valor Agregado (IVA) con la misma tasa, pero que aumentará la cantidad de productos y servicios gravados.
Además, el cambio incluye ajustes en el impuesto sobre la renta y prevé reducir el gasto público con la disminución de beneficios salariales a los trabajadores públicos.
Los huelguistas, en su gran mayoría trabajadores públicos, se oponen a la reforma por considerar que afectará a las clases menos favorecidas. Sin embargo, sus detractores sostienen que el rechazo de los sindicatos obedece a su deseo de mantener condiciones salariales privilegiadas.
"Esta lucha va a seguir por la justicia social y fiscal, contra el aumento de la desigualdad en nuestro país", dijo el diputado izquierdista José María Villalta, frente a cientos de manifestantes congregados a las afueras del Congreso.
A pesar de que el paro se ha debilitado desde que inició a principios de septiembre, los bloqueos y ausencias laborales han dejado cientos de miles de dólares en pérdidas.
Con la reforma, las autoridades costarricenses buscan dar una señal a los mercados internacionales para acceder a créditos baratos que permitan estabilizar sus finanzas, reducir el déficit y frenar el crecimiento de la deuda.
El presidente Alvarado ha comparado la reforma con "una medicina amarga pero necesaria" para curar las finanzas y evitar una crisis económica como la que vivió el país a principios de la década de 1980.
A fines de septiembre, el Banco Central de Costa Rica dijo que otorgaría un financiamiento al Gobierno por unos US$870 millones para ayudarle a apuntalar sus finanzas.