Los diputados aprobaron por unanimidad 14 medidas que permitirán el traslado forzoso de pandilleros, la suspensión de audiencias, restricción de movimiento dentro de las cárceles y la prohibición de toda clase de visitas por un período de un año.
El Congreso salvadoreño aprobó este viernes una serie de medidas que buscan recuperar el control de las prisiones y cortar la comunicación entre pandilleros, en un nuevo intento por frenar la rampante ola de homicidios que azota a la empobrecida nación centroamericana.
Los diputados aprobaron por unanimidad 14 medidas que permitirán el traslado forzoso de pandilleros, la suspensión de audiencias, restricción de movimiento dentro de las cárceles y la prohibición de toda clase de visitas por un período de un año.
Además, autorizaron al Gobierno imponer sanciones económicas y administrativas a las empresas telefónicas que no colaboren en cortar la comunicación de pandilleros que giran órdenes desde las cárceles para cometer homicidios, cobrar extorsiones y traficar droga.
"Las pandillas y los pandilleros tienen que ser vistos como un elemento de desestabilización y así deben de ser consideradas para la visión del tratamiento del problema", dijo Mauricio Vargas, un militar retirado y diputado opositor de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena).
Las medidas fueron presentadas por el gobierno del presidente izquierdista Salvador Sánchez Cerén y serán aplicadas en siete de las 21 cárceles del país, donde se encuentran recluidos 13.000 pandilleros de alta peligrosidad, a quienes las autoridades responsabilizan de ordenar los delitos.
En el primer trimestre del año, El Salvador registró una histórica ola de homicidios que superan en 100 por ciento a los crímenes cometidos en el mismo período del 2015.
Los portavoces de las pandillas Mara Salvatrucha 13 y su rival el Barrio 18 propusieron al Gobierno reducir los homicidios a cambio de detener la implementación de las medidas. Las autoridades se negaron a concretar un acuerdo.
