La primera ministra Ana Jara fue censurada con 72 votos en su contra y sólo 42 votos de apoyo a su cargo, en el Congreso unicameral conformado por 130 legisladores.
Lima. El Congreso peruano rechazó el lunes respaldar la gestión de la primera ministra tras acusaciones de espionaje a opositores, lo que la obliga a renunciar a su cargo, en un nuevo golpe al Gobierno del presidente Ollanta Humala cuya popularidad ha caído en medio de escándalos de corrupción.
La primera ministra Ana Jara fue censurada con 72 votos en su contra y sólo 42 votos de apoyo a su cargo, en el Congreso unicameral conformado por 130 legisladores.
La funcionaria tiene que presentar ahora su renuncia y Humala debe aceptarla en un plazo de 72 horas, para luego designar a su séptimo primer ministro y renovar si cree conveniente a los miembros de su gabinete de 18 ministros.
No había señales hasta el momento de que Humala haya decidido cambiar al ministro de Economía, Alonso Segura, quien tiene el respaldo de los inversores y la comunidad empresarial.
Jara, nombrada en el cargo en julio del 2014, fue acusada por la oposición de permitir que los agentes del servicio nacional de inteligencia (DINI) espiaran a los políticos no afines a Humala, denuncia que la primera ministra ha negado.
"Doy gracias al Señor Jesus por haberme dado la oportunidad de servir a mi país desde el Ejecutivo", dijo una resignada Jara a traves de la red social Twitter tras su censura en el Congreso.
El mandatario había dicho más temprano que una destitución de la primera ministra afectaría a la gobernabilidad, en momentos en que la economía del país minero se desacelera debido a la caída de sus exportaciones de cobre y oro.
"Es un problema porque genera desestabilidad política y parálisis", dijo Humala antes de la decisión del Congreso.
Jara se había salvado de una censura en agosto del 2014, cuando por un voto de diferencia logró el apoyo en el Congreso.
El pedido para censurar a Jara fue liderado por legisladores de oposición inspirados en los ex presidentes Alan García y Alberto Fujimori, luego de la presentación de Jara al Congreso hace casi dos semanas para explicar las denuncias de espionaje.
La alianza oficialista en el Congreso, Gana Perú, con 34 parlamentarios, no tiene mayoría en el Congreso. La primera mayoría la tiene el partido fujimorista con 35 legisladores.
Revés para Humala. La censura a Jara, la primera a una jefa de gabinete en las últimas cinco décadas, se produce en momentos en que el apoyo a Humala, que asumió el poder en el 2011, ha caído y se ubica en un 25%, mucho menos de la mitad de aprobación cuando inició su mandato, según la encuestadora Ipsos Perú.
Las denuncias de espionaje aparecieron en la prensa local a inicios de año y el escándalo llevó al Gobierno a anunciar a comienzos de febrero el cierre temporal del ente de inteligencia para realizar una reestructuración del organismo.
Hace casi dos semanas la revista local Correo Semanal denunció la recolección de parte del órgano de inteligencia de miles de datos de políticos, periodistas y personalidades públicas, así como de otros ciudadanos y empresas privadas.
Humala, que también encara denuncias de corrupción en su entorno, afirma que las acusaciones en su contra provienen de políticos que quieren sacar provecho pensando en las elecciones presidenciales del 2016, en la que él está constitucionalmente impedido de buscar un segundo mandato consecutivo.
El tema del espionaje no es nuevo en Perú.
A fines del siglo pasado Perú fue sacudido con la denuncia de una red de espionaje liderada por el ex asesor de inteligencia Vladimiro Montesinos, que derivó en un escándalo y en la destitución del ex presidente Fujimori.
Luego, los posteriores gobiernos desactivaron el sistema de inteligencia y muchos agentes despedidos fueron reclutados por firmas privadas de seguridad, según investigaciones judiciales.