Las redes del narcotráfico dominicanas y mexicanas no siempre controlaron la ruta de las drogas por Venezuela. Mafiosos colombianos como 'Jabón' y 'Comba' les ayudaron a abrir camino. ¿Cómo lograron consolidarse en la zona?
Si hay un tema que por estos días ocupa la atención de la DEA y las autoridades antidrogas del continente es cómo frenar el proceso de diversificación de rutas de los narcos y descubrir sus enlaces en países que antes no eran tan relevantes como lugares de tránsito del ilegal producto hacia Estados Unidos y Europa.
Un objetivo ambicioso, pues entre más se escudriña mayores son las sorpresas en torno a la cantidad de funcionarios oficiales, de todos los rangos y de varios países, que sucumben ante la tentación del dinero fácil.
Las rutas cambiaron –o se reactivaron las que hace muchos años no eran usadas- y ya hay hechos que se prestan para interpretaciones contradictorias.
Por ejemplo, mientras inteligencia de Estados Unidos señala que la ruta por el Océano Pacífico es la más utilizada para hacer llegar a ese país la droga colombiana que pasa por América Central, los reportes señalan que la mayoría de decomisos son por el Mar Caribe.
De lo que no hay duda es de que, ante la presión colombiana contra la guerrilla, las bandas criminales, los paramilitares y los narcos puros, dichas organizaciones se vieron forzadas hace mucho tiempo a diversificar sus formas y puntos de envío para abastecer el mercado internacional.
Documentos de la DEA revelados por El Espectador el 4 de mayo pasado dan cuenta de que desde hace más de una década el papel de Venezuela se hizo más importante en este sentido. Los mapas indican que Jamaica perdió importancia como lugar de tránsito y que aumentaron los envíos siguiendo la ruta de Aruba-Isla Margarita- Puerto Rico o vías alternas a través de Venezuela para llegar a África y luego a Europa.
Dos semanas después El Espectador también documentó que el negocio por Venezuela resultó tan atractivo para los narcos que pronto llegaron delincuentes de otros países a disputarles la hegemonía a los colombianos, aprovechando momentos de división por la caída de algunos capos o vendettas internas. Fue así como entre La Guajira colombiana y el Zulia venezolano aparecieron carteles dominicanos y ‘Los Zetas’ mexicanos.
¿Cómo lograron los carteles colombianos enquistarse en Venezuela y cuál fue el punto de quiebre para que los de otros países les quitaran el control del negocio? La FM de RCN, en su emisión de noticias del viernes en la mañana dio nuevas puntadas sobre el tema en un seguimiento a su investigación sobre el diario de alias “Chupeta” y documentos confiscados a Luis Enrique Calle Serna, alias “Comba”.
Se trata de dos de los narcos colombianos que más utilizaron la ruta venezolana durante la última década y quienes, según reveló la emisora, tenían cuidadosamente detallados los nombres de por lo menos una docena de contactos de alto nivel en Venezuela –entre militares y civiles- para poder moverse con tranquilidad en ese país.
Uno de esos documentos, de 2008, señala que Wilber Varela, alias “Jabón”, uno de los narcos más sanguinarios de la última generación y quien fue asesinado en Venezuela el 31 de enero de 2008, tenía que establecer contactos con Néstor Reverol, entonces general de la Guardia Nacional de Venezuela y actual viceministro de Seguridad Ciudadana y director de la Oficina Nacional Antidroga (ONA). También se habla de un exgeneral del estado Lara, entre otros.
El que sean mencionados como personas a contactar no significa que los narcos en verdad los hayan abordado. Mucho menos demuestra que los citados funcionarios y exfuncionarios del vecino país hayan aceptado las supuestas propuestas de los delincuentes. Sencillamente aporta elementos para el análisis que coinciden con tiempos y lugares en los que los mafiosos colombianos habrían actuado.
De hecho, los documentos son evaluados por las autoridades colombianas para establecer también quienes pudieron estar comprometidos desde este lado de la frontera en la expansión de dichas estructuras criminales. Desde el 26 de marzo de 2009, dijo La FM, los documentos de Chupeta fueron enviados a la Fiscalía por el entonces contraalmirante de la Armada, César Augusto Narváez Arciniegas, jefe de Inteligencia Naval.
Mientras tanto, los gobiernos de Colombia y Venezuela trabajan para cerrarle el paso a las múltiples violencias que se extienden por los 2.200 kilómetros de frontera común.
A la estrategia de repliegue de las FARC, que corren a buscar refugio en Venezuela luego de atacar en Colombia; a la de las Águilas Negras, que desde 2004 se lucran del narcotráficos y las vacunas a ganaderos en el estado venezolano de Apure. A la de los contrabandistas de gasolina, negocio en el que tienen cada vez más participación las bandas emergentes. Y a la que generan los enfrentamientos entre todos los anteriores, a quienes el ansia de dinero fácil ha llevado a una guerra en la que quienes llevan la peor parte son siempre los campesinos de uno y otro lado de la frontera.