El pueblo sueco quiere que sus dirigentes y aquellos que hacen las leyes vivan una vida parecida a la de la mayoría de su población y es por esto que ni siquiera tienen secretaria, viven en apartamentos modestos, sin empleada del servicio y duermen en sofá cama.
La vida para los diputados suecos no es ni parecida a la de los congresistas colombianos.
El pueblo sueco quiere que sus dirigentes y aquellos que hacen las leyes vivan una vida parecida a la de la mayoría de su población y es por esto que ni siquiera tienen secretaria, viven en apartamentos modestos, sin empleada del servicio, lavan su propia ropa por turnos y duermen en sofá cama.
En cuanto al sueldo, se ganan cerca de 12 millones de pesos (US$6.685,2) y el estado no les da carro y por lo tanto tampoco conductor.
Cuando a algunos congresistas colombianos se les preguntó por su opinión acerca del tema dijeron, en el caso del Senador Galán: "Yo me le mediría, pero Suecia no es Colombia y la seguridad no es la misma". El Senador Carlos Baena aseguró que él ya había experimentado algo parecido al renunciar a su vehículo cuando fue concejal de Bogotá.
A los congresistas colombianos se les paga un salario de unos 19 millones de pesos (US$10.585) a lo que se le suman unos 27 millones (US$15.041) para sus asesores, se les da carro blindado con conductor, tienen derecho a un tiquete aéreo semanal a cualquier destino nacional y un plan de 1.000 minutos de celular.
Las diferencias son abismales desde cualquier punto de vista.