Alejandro Giammattei ha prometido "reconstruir Guatemala" acabando con la "asquerosa corrupción", reinstaurando la pena de muerte y colocando "un muro de inversión" en la frontera entre Guatemala y México para frenar la migración hacia Estados Unidos.
Ciudad de Guatemala. El conservador Alejandro Giammattei asumirá este martes la presidencia de Guatemala con el reto de combatir la pobreza, inseguridad y corrupción, y de lidiar con el acuerdo firmado con Estados Unidos por el gobierno saliente que obliga a la nación a recibir a migrantes que soliciten asilo en el país del norte.
Giammattei, un cirujano de 63 años del partido centroderechista Vamos, logró el 58% de respaldo en la segunda vuelta electoral y, en sus primeras declaraciones, prometió "reconstruir" el país.
Poco antes de lograr la victoria, Giammattei dijo a Reuters que, una vez en la presidencia, buscaría modificar el polémico pacto migratorio firmado por el presidente Jimmy Morales porque, sostuvo, "no le conviene al país".
Y el lunes se lamentó porque aún no ha recibido los detalles del Acuerdo de Cooperación y Asilo (ACA), firmado en julio en medio de amenazas arancelarias de Donald Trump. El pacto supone que los hondureños y salvadoreños pidan asilo en Guatemala en vez de en Estados Unidos.
"A menos de 24 horas (de asumir la presidencia) no hemos recibido absolutamente ninguna información al respecto", dijo Giammattei en rueda de prensa. "Primero vamos a conocer, analizar, vamos a estudiar y (luego) emitir una posición al respecto".
El político ha prometido "reconstruir Guatemala" acabando con la "asquerosa corrupción", reinstaurando la pena de muerte y colocando "un muro de inversión" en la frontera entre Guatemala y México para frenar la migración hacia Estados Unidos.
"En los primeros días de este gobierno (tomaremos) acciones que van pendientes a recuperar la confianza y la credibilidad en las fuerzas de seguridad pero sobre todo a que retomemos la paz", dijo. "Vamos a perseguir a los delincuentes de cualquier índole".
Giammattei, quien gobernará hasta 2024, heredará un país con un 60% de pobreza y, pese a su promesa de combatir la corrupción, ha anunciado que no renovará el mandato de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), una misión anticorrupción de la ONU a la que Morales expulsó.
Además, deberá acometer un delicado acto de equilibrismo con Estados Unidos -su mayor socio comercial- para frenar el ACA, que representaría una gran presión para la débil economía guatemalteca. La ONU estima que Estados Unidos recibió 161,417 solicitudes de asilo de migrantes hondureños y salvadoreños en 2018 y Guatemala apenas acogió 262 solicitudes.
Por su parte, Jimmy Morales reconoció que existe la posibilidad de que sea investigado por corrupción, uno de los talones de Aquiles de su gestión.
"Si ya me han investigado anteriormente siendo presidente ¿qué les impedirá ir rompiendo o incumpliendo la ley?", afirmó Morales, quien aseguró no tener la intención de huir del país.
Morales, un humorista que llegó a la presidencia de Guatemala sin experiencia política ni plan de gobierno claro, abandonará el poder con elevados índices de desaprobación pese a mantener índices de crecimiento económico superiores al 3%.