El gobierno espera US$7.000 millones en inversiones mineras en los próximos siete años. Luego de congelar las inversiones en el sector por más de un año, las autoridades ahora están en conversaciones con tres compañías.
Quito. Aunque la eventual victoria del presidente ecuatoriano Rafael Correa en el referendo del fin de semana es presentada por sus oponentes como un perturbador avance, podría abrir el camino para relajar las relaciones con los inversores extranjeros, que han sido tensas en el pasado.
El izquierdista Correa ha mantenido inestables vínculos con inversores externos desde que en el 2007 asumió el poder en la pequeña nación andina, rica en recursos naturales. Ha llegado a acusar a algunas compañías de saquear los recursos, de aplicar prácticas corruptas y de contaminar el medioambiente.
Al igual que su aliado venezolano Hugo Chávez, Correa alienó a algunas empresas petroleras, al forzarlas a dar al Estado un mayor control sobre las operaciones y una mayor porción de sus ingresos.
La brasileña Petrobras se retiró del país el año pasado luego de negarse a firmar un contrato menos rentable y, en el 2009, Ecuador asumió el control de los yacimientos de petróleo operados por Perenco, tras acusar a la compañía francesa por una disputa impositiva.
Correa, de confirmarse su triunfo en el referendo como lo indican las cifras preliminares oficiales con el 40% de las juntas de votación escrutadas, aumentará su poder en el nombramiento de jueces y tendrá la potestad de regular el contenido de los medios de comunicación.
El conteo definitivo de votos es lento y puede durar hasta 10 días. El lunes las cifras parciales daban una peleada diferencia en dos preguntas claves justamente sobre las reformas vinculadas al sistema judicial y a los medios, pero indicaban un cómodo triunfo en el resto.
Los críticos dicen que las reformas amenazan el equilibrio de poder en el país, el socio más pequeño de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), pero los analistas no creen que genere más contratiempos a los inversionistas extranjeros.
"Disminuye la probabilidad de políticas radicales debido a que no necesita reunir ese tipo de apoyo nacional", opinó Risa Grais-Targow, analista de Eurasia Group.
La consolidación de su poder también da continuidad y claridad a los inversores debido a que apunta a que Correa seguirá en el poder. Los analistas ya pronostican que buscará la reelección en el 2013.
El referendo se convirtió en un prolongado enfrentamiento político. Ahora que terminó, analistas creen que Correa podrá moderar su postura hacia el sector petrolero y minero para promover el crecimiento económico y aliviar las críticas de las clases medias preocupadas por el estancamiento de la economía.
Muchos en ese sector de la población ven a países como Perú alcanzando una mayor prosperidad en parte gracias al impulso dado por la inversión externa.
"Ese es el próximo paso para ellos (...) el Gobierno (necesita) encarar una mayor planificación e intentar aumentar tanto la inversión pública como la privada", sostuvo Mark Weisbrot, codirector del Center for Economic and Policy Research (CEPR), en Washington.
Ecuador se está recuperando luego de ser sacudido por la crisis mundial y prevé un crecimiento económico del 5,1% para este año luego del 3,6% en el 2010. La previsión está por debajo de la de otras economías latinoamericanas, como la argentina y la chilena.
En tanto, la alta popularidad de Correa depende fuertemente del gasto social en carreteras, hospitales y escuelas.
Y dado que Ecuador quedó al margen de los mercados internacionales de deuda luego de una cesación de pagos de 3.200 millones de dólares en el 2009, su mejor alternativa para fortalecer la liquidez es aumentar los ingresos impositivos provenientes del sector privado.
En noviembre, Ecuador obtuvo mejores términos con contratos con las compañías petroleras que operan en el país, incluyendo la italiana ENI y la española Repsol-YPF.
Petrobras se negó a firmar una nueva ronda de contratos que eliminaban acuerdos de ganancias compartidas para convertir a las firmas extranjeras en meras suministradoras de servicios.
"Creo que en el sector petrolero él ya ha ido lo más lejos que pudo", agregó Grais-Targow.
La producción de las compañías petroleras extranjeras en Ecuador representa alrededor del 25% de los 500.000 barriles de crudo que produce por día.
Buena perspectiva para la minería. Correa ha adoptado un enfoque más suave con las mineras que planean desarrollar una serie de proyectos de cobre y oro a gran escala. Esto permitiría a Ecuador diversificar su economía y aliviar la dependencia en las exportaciones de crudo y las remesas enviadas por ecuatorianos que viven en el exterior.
El gobierno espera US$7.000 millones en inversiones mineras en los próximos siete años. Luego de congelar las inversiones en el sector por más de un año, las autoridades ahora están en conversaciones con tres compañías.
"El va a ofrecer términos muy generosos inicialmente (...) No puede darse el lujo de hacer algo radical porque realmente necesita esa inversión externa", afirmó Grais-Targow.
Las firmas canadienses Kinross Gold y Ecuacorriente e International Resources, con sede en Estados Unidos, tienen previsto firmar acuerdos en junio y otras dos compañías lo harían en el 2012.
Laura Zurita, jefa de la Cámara de Minería de Ecuador, dijo a Reuters antes de la votación que las demoras en el inicio de los proyectos representan para el Gobierno ingresos impositivos no recibidos, por lo cual tanto funcionarios como las mineras están ansiosos por firmar en junio.
"Lo que tiene que hacer el Ecuador es normar la situación actual de tal forma que resulte atractivo para nuevas inversiones de exploración (...) Los contratos significan un punto de partida", señaló.
Correa no es el único presidente de izquierda en América Latina que se está acercando a los inversores extranjeros. El boliviano Evo Morales también ha buscado más inversiones de las compañías de energía que congelaron el gasto luego de que nacionalizó la industria de los hidrocarburos en el 2006.