El origen del conflicto está en el desalojo, el pasado viernes, de 35 indígenas que vivían desde hace ocho años en la sede de un antiguo museo dedicado a su cultura, situado en el centro de Río de Janeiro.
Un grupo de activistas volvió a protestar este domingo por la expulsión de 35 indígenas de un antiguo edificio de Río de Janeiro, que será reformado en el marco de los planes para el Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.
Los manifestantes ocuparon esta madrugada la sede del Museo del Indio, en el barrio carioca de Botafogo, pero se retiraron del local después de varias horas de negociaciones con la policía.
Según fuentes oficiales, el grupo estaba integrado por trece indígenas y 41 activistas de diversas organizaciones indigenistas.
"Dijeron que pretendían que su protesta fuera escuchada, pero entendieron que no podían ocupar esas instalaciones y se retiraron", aunque luego debieron participar en una audiencia con un juez en la que se comprometieron a no repetir esa acción, dijo a periodistas el mayor Iván Blaz, encargado de negociar con los manifestantes.
El origen del conflicto está en el desalojo, el pasado viernes, de 35 indígenas que vivían desde hace ocho años en la sede de un antiguo museo dedicado a su cultura, situado en el centro de Río de Janeiro.
La expulsión, que fue realizada en medio de violentas protestas, fue ordenada por las autoridades de la ciudad, que en sus proyectos para el Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016 han decidido convertir el antiguo palacete en un museo del deporte.
El edificio está situado en los alrededores del estadio Maracaná, que será sede de ambos eventos deportivos.
Los indígenas desalojados del antiguo museo han sido ubicados en un hotel pagado por las autoridades, pero que según los propios indígenas no cuenta con condiciones mínimas de funcionamiento.
El cacique Tukano, que oficia como portavoz de los desalojados, dijo que en el hotel las habitaciones no tienen llaves ni armarios suficientes, entre otras deficiencias.
"Queremos nuestro propio espacio, nuestra propia autonomía y ser gestores de nuestras vidas", dijo a periodistas Tukano, quien exigió que las autoridades de Río de Janeiro cumplan con su promesa de ofrecer un terreno para ubicar a los indios desalojados, que en su mayoría viven de la venta de artesanías.