El acuerdo, titulado “Chile-Madrid, tiempo de actuar”, fue aprobado por la presidenta de la COP25, la ministra Carolina Schmidt, tras un tenso debate con Brasil, que no aceptaba inicialmente dos párrafos incluidos en el acuerdo sobre océanos y uso de tierras.
Con críticas y sin acuerdo para regular los mercados de carbono finalizó la COP25, liderada por Chile y celebrada en Madrid. El presidente Sebastián Piñera calificó de insuficientes los esfuerzos realizados por los países en materia medioambiental, mientras que los ambientalistas criticaron el desempeño de Chile como conductor de la cumbre.
Después de haberse extendido durante dos días extra y haber quedado como la más larga de la historia, finalizó la COP25 que se realizó en Madrid y que fue liderada por Chile.
Finalmente este domingo, y tras sucesivas postergaciones que retrasaron el cierre del encuentro más de 40 horas, se alcanzó un acuerdo para endurecer sus objetivos de protección climática, como exigían varios países, en negociaciones que se extendieron durante toda la madrugada.
De esta forma, los casi 200 países reunidos en la capital española, hasta donde se trasladó la cumbre que originalmente iba a realizarse en Santiago, lograron cerrar un documento para aumentar la ambición climática a partir de 2020 y cumplir con el Acuerdo de París, que compromete a los países a evitar que la temperatura media del planeta suba este siglo por encima de 1,5 grados.
El acuerdo, titulado “Chile-Madrid, tiempo de actuar”, fue aprobado por la presidenta de la COP25, la ministra Carolina Schmidt, tras un tenso debate con Brasil, que no aceptaba inicialmente dos párrafos incluidos en el acuerdo sobre océanos y uso de tierras.
El documento final establece que los países deberán presentar en 2020 unos compromisos más ambiciosos de reducción de emisiones para hacer frente a la emergencia climática.
No obstante, respecto al artículo 6 del Acuerdo de París, que buscaba regular el mercado de carbono para incentivar la implementación de acciones por parte del sector privado, los países no lograron llegar a un acuerdo.
Piñera admitió que no fue suficiente. El presidente Sebastián Piñera hizo un balance de lo que fue la instancia internacional y valoró los tratos alcanzados por los países involucrados, aunque de todas formas reconoció que no fueron suficientes.
El mandatario destacó como un avance que 194 países se comprometieran con metas más ambiciosas en el ámbito medioambiental y que 121 naciones en total suscribieran a la carbono neutralidad hacia el año 2050.
“Sin duda se lograron grandes avances, pero no son suficientes frente al enorme riesgo y desafío que enfrentamos como humanidad. Necesitamos más ambición y determinación”, señaló Piñera al inicio de una serie de tuits.
“Entre los avances destaco el compromiso de 121 países con la Carbono Neutralidad y el consenso a combatir decididamente este fenómeno. Se incorporó Protección de Océanos y Bosques, y se confirmó la relevancia del género y de la Ciencia como fuente de diagnóstico y guía de acción”, enfatizó Piñera.
En un último tuit, el mandatario sostuvo que “se avanzó mucho menos de lo necesario” y acusó que se necesita más compromiso de los países que “más contaminan”.
La ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, quien encabezó el trabajo en Madrid, coincidió con el mandatario, en que los compromisos alcanzados no fueron suficientes.
“Si bien se lograron cosas importantes, los compromisos de los países no son suficientes para justamente enfrentar la crisis que el calentamiento global ha traído. Necesitamos avanzar con mucha mayor rapidez, con mucha mayor intensidad”, apuntó.
Schmidt reconoció que no estaba satisfecha con los resultados, a pesar de haber “puesto corazón y esfuerzo por buscar acuerdos”.
Asimismo, la secretaria de Estado pidió en su discurso de clausura dar “una respuesta más sólida, urgente y ambiciosa” a la crisis climática.
“Queríamos cerrar el Artículo 6 para implementar un mercado de carbono robusto con integridad ambiental, enfocado en generar recursos para transitar hacia un desarrollo sustentable, basado en bajas emisiones y resiliente al clima”, pero eso finalmente no fue posible.
Schmidt aseguró que su presidencia deja “como legado” para la COP26 “un texto ambicioso y ambientalmente sólido que permite generar las bases para un mercado de carbono sin doble contabilidad y entregando recursos para su adaptación”.
El bochorno de la ministra Schmidt. El acuerdo, titulado “Chile-Madrid, tiempo de actuar”, fue aprobado por la presidenta de la COP25, la ministra Schmidt, luego que el sábado el borrador del texto fuese ampliamente criticado por la comunidad científica y diferentes ONG.
La mayor parte de las críticas apuntaban a que la delegación chilena habría escuchado más a las empresas y países contaminantes, que a las organizaciones o científicos.
“La presidencia chilena tenía un trabajo que hacer, que es proteger la integridad del Acuerdo de París y no permitir que la codicia y el cinismo lo destruyeran. Ahora mismo, está fracasando”, consignó el medio internacional El Mundo, tras una declaración de Jennifer Morgan, directora de Greenpeace International, quien leyó un texto de Mohamed Adow, director de Power Shift Africa.
Secretario general de la ONU “decepcionado”. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que estaba “decepcionado” por los resultados de la COP25 y lamentó “una importante oportunidad perdida” después de la aprobación por parte de la conferencia de un acuerdo de mínimos.
“La comunidad internacional ha perdido una oportunidad importante de demostrar una mayor ambición en materia de mitigación, adaptación y financiamiento para enfrentar la crisis climática”, sentenció. “No debemos rendirnos y no me rendiré”, agregó.
El jefe de la ONU aseguró su determinación de “trabajar para que 2020 sea el año en que todos los países se comprometan a hacer lo que la ciencia nos dice que es necesario para lograr la neutralidad de carbono en 2050 y un aumento en temperatura de no más de 1,5 grados”.
Ambientalistas hicieron duras críticas. En tanto, los movimientos sociales internacionales presentes en el plenario de clausura de la cumbre también expresaron su “decepción” con el texto adoptado.
Grupos como IPO/Farmers, de Nueva Zelanda, Unión de Mujeres y Fridays for Future coincidieron en que faltó ambición. Juventud por el Clima, por ejemplo, dijo que esperaba “que en esta cumbre el problema se empezase a abordar como la emergencia que es”.
El vocero de Fridays for Future, Felipe Hernández, declaró que la COP25 fue mediocre, ya que nuevamente ni la gente ni la ciencia fueron escuchadas.
Desde Greenpeace, Estefanía González, coordinadora de campañas de la ONG que participó de la cumbre, indicó que se abrió el espacio para el lobby y agregó que la presidencia chilena mostró una falta de liderazgo.
Ambas organizaciones, además, criticaron la falta de ambición en la conducción de la cumbre por parte de Chile.
El presidente de la comisión de Medio Ambiente del Senado, Guido Girardi, culpó en parte a Estados Unidos, China, India y Rusia por los malos resultados que se obtuvieron en la COP25, ya que según comentó el senador, no quisieron avanzar en los compromisos, e indicó que Chile tiene “pies de barro” respecto a materias medioambientales.
Mientras que el diputado de Renovación Nacional, Sebastián Torrealba, defendió la conducción, aludiendo a que el fracaso de la cumbre se debe a la comunidad internacional.
La discusión sobre mercados de carbono, materia en la cual no se pudo llegar a un acuerdo en esta versión, quedó pendiente para la COP26 que se realizará en Escocia en noviembre del próximo año.