La aislada nación, que utilizó el lanzamiento para celebrar el centenario del nacimiento del ex presidente y fundador Kim Il-sung y conmemorar el ascenso de su nieto Kim Jong-un al poder, seguiría a adelante con su tercera prueba nuclear para mostrar su fortaleza militar.
Pyongyang/Seúl. Corea del Norte dijo que el anticipado lanzamiento de su cohete de largo alcance fracasó el viernes, en un inusual y vergonzoso reconocimiento público de una falla por parte del estado comunista y un golpe para su nuevo líder, quien enfrenta la molestia internacional por la decisión.
La aislada Corea del Norte, que utilizó el lanzamiento para celebrar el centenario del nacimiento del ex presidente y fundador Kim Il-sung y conmemorar el ascenso de su nieto Kim Jong-un al poder, seguiría a adelante con su tercera prueba nuclear para mostrar su fortaleza militar.
"La posibilidad de un lanzamiento adicional de un cohete de largo alcance o de una prueba nuclear, así como una provocación militar para fortalecer la solidaridad interna es muy alta", dijo un funcionario de alto rango del Ministerio de Defensa surcoreano en una audiencia parlamentaria.
Las dos Coreas están divididas por la frontera más militarizada del mundo y técnicamente siguen en guerra después de que una tregua puso fin a la guerra de Corea en 1953.
Estados Unidos y Japón dijeron que el cohete, que afirman era una prueba de un misil balístico disfrazado y Corea del Norte dice que buscaba poner un satélite en órbita, se estrelló en el mar después de viajar una distancia mucho menor a la del lanzamiento norcoreano previo.
Su fracaso inmediatamente planteó preguntas sobre el liderazgo del empobrecido estado, que mantiene uno de los mayores ejércitos del mundo, pero que no puede alimentar a su pueblo sin ayuda exterior y depende principalmente de la solidaridad de su mayor aliado, China.
"No (hay) dudas respecto a que el lanzamiento fallido vuelca las especulaciones hacia las ramificaciones para el liderazgo de Pyongyang: un despliegue de fuegos artificiales que salió mal el día más importante del año", dijo Scott Snyder, del Consejo de Relaciones Exteriores.
En una medida tremendamente inusual, Corea del Norte, que aún dice que tuvo éxito en el lanzamiento de un satélite en el 2009 y que otros sostienen que fracasó, admitió en una transmisión televisiva que el más reciente satélite no entró en órbita.
El fracaso es el primer gran desafío público para el tercero de la dinastía Kim que gobierna a Corea del Norte, a sólo meses de que asumió el liderazgo.
"Podría ser una señal de un sutil cambio en el liderazgo norcoreano sobre cómo manejan estas cosas, algo que podría ser diferente al pasado", dijo Baek Seung-joo del Instituto de Análisis de Defensa de Corea, un grupo de expertos asociado al Ministerio de Defensa de Corea del Sur.
"Quiero decir que habría sido impensable que ellos admitieran este tipo de fracaso en el pasado, algo que podría ser visto como una humillación internacional. La decisión de reconocerlo tuvo que venir de parte de Kim Jong-un", agregó.
El cohete voló sólo por unos pocos minutos, cubriendo poco más de 100 kilómetros para explotar sobre el mar que separa a la Península de Corea de China, mucho menos que lo que alcanzó el cohete del 2009, que viajó 3.800 kilómetros, alarmado a Japón, país por el cual pasó en su trayectoria.
El lanzamiento es una violación a las sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y motivó la condena de Estados Unidos, Rusia, Corea del Sur y Japón, y amenazas de endurecer las ya severas sanciones que buscan que Pyongyang deje de desarrollar armas atómicas.
El temor es que Corea del Norte esté utilizando los lanzamientos para perfeccionar el tipo de tecnología que le permitiría construir un misil capaz de enviar una ojiva nuclear a Estados Unidos.
Corea del Norte ha defendido reiteradamente su derecho a lanzar cohetes para lo que dice son propósitos pacíficos y podría haber invertido cientos de millones de dólares en el fallido lanzamiento.
China, el principal aliado de Corea del Norte, pidió "calma" nuevamente, aunque su fracaso para persuadir a Pyongyang para que no realizara el lanzamiento mostró las limitaciones de su diplomacia, dijeron analistas.
"A pesar del fracaso de su intento por lanzar el misil, las provocativas acciones de Corea del Norte amenazan a la seguridad regional, violan la ley internacional y contravienen sus propios compromisos recientes", dijo el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney en un comunicado.
Ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de las Ocho economías industrializadas condenaron el lanzamiento como una violación a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
El Mando Norteamericano de Defensa Aérea (NORAD, por su sigla en inglés) dijo que la primera etapa del cohete cayó al mar al oeste de Corea del Sur y se consideró que el resto del misil que transportaba un satélite falló.
"No cayeron restos sobre tierra", afirmó el NORAD. "Ni el misil ni los restos resultantes fueron una amenaza en momento alguno", agregó.
China tiene la clave pese a fracaso diplomático. El lanzamiento tuvo lugar sólo semanas después de un acuerdo en virtud del cual Washington accedió a entregar ayuda alimenticia a Corea del Norte. Entre las promesas realizadas por Pyongyang a cambio destacó la de no lanzar cohetes de largo alcance ni realizar pruebas nucleares.
Estados Unidos, Corea del Sur y Japón condenaron el lanzamiento del cohete y Washington, el mayor partidario de Seúl, dijo que permanecerá alerta tras la acción "provocativa" de Corea del Norte.
Es posible que aumente la presión por parte de las potencias occidentales para imponer más sanciones contra Corea del Norte, pero eso representa dificultades para China, que posiblemente se resistirá a nuevas sanciones a pesar de que su diplomacia no logró detener el lanzamiento.
"Después de dar tanta ayuda a Corea del Norte, aún así no escuchó a China, y esto daña la relación entre Corea del Norte y China y socava el respaldo interno a su continuo apoyo a Corea del Norte", dijo Shen Dingli, profesor y experto en seguridad regional en la Universidad Fudan de Shanghái.
"Esto también socava la confianza en la relación entre China y Estados Unidos, y si China hizo lo suficiente para persuadir a Corea del Norte. Así que China también pierde, pero tanto como si Corea del Norte hubiese tenido éxito en el lanzamiento", declaró.
Una búsqueda por sanciones con mayor fuerza, como lo prometió el primer ministro de Japón, Yoshihiko Noda, podría llevar a una muestra de rebeldía de Corea del Norte, como una prueba nuclear, o un ataque de artillería como el que lanzó en el 2010 contra una isla surcoreana, en el que murieron civiles.
"En lugar de una provocación convencional, creo que Corea del Norte observará qué están haciendo Estados Unidos y Corea del Sur y preparará una prueba nuclear", dijo Chung Young-chul, profesor de la Universidad Sogang.