La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, y el presidente de EE.UU., Barack Obama, acordaron estrechar su cooperación para velar por la estabilidad de Corea de la península coreana.
La presidenta surcoreana, Park Geun-hye, aseguró este jueves que Corea del Sur hará pagar al Norte "un precio correspondiente" por el presunto ensayo nuclear que el régimen de Pyongyang realizó en la víspera, y que Seúl considera una amenaza para su seguridad.
Así lo convino Park con el presidente de EE.UU., Barack Obama, durante la conversación telefónica de 20 minutos que ambos mantuvieron y en la que también se mostraron de acuerdo para "estrechar su cooperación" para velar por la estabilidad en la península coreana, informó la oficina presidencial de Corea del Sur.
La presidenta surcoreana explicó que busca lograr que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adopte una resolución "firme" ante la última actuación del país vecino y le imponga "fuertes sanciones".
Dudas sobre detonación de bomba de hidrógeno
Ambos líderes condenaron el ensayo y coincidieron en que las acciones de Corea del Norte constituyen "una nueva violación de sus obligaciones y compromisos con la ley internacional" y las anteriores resoluciones en este terreno del Comité de Seguridad de la ONU, según recogió la agencia local Yonhap.
Obama aprovechó su conversación con Park para felicitar a la jefa de Gobierno surcoreano por el acuerdo recientemente alcanzado con Japón para resolver el conflicto de las esclavas sexuales reclutadas por el Ejército nipón durante su ocupación de la península coreana antes y durante la II Guerra Mundial.
Corea del Norte llevó a cabo ayer su cuarta prueba nuclear y aseguró que detonó por primera vez un una bomba H (más potente que los dispositivos empleados en sus tres ensayos anteriores).
No obstante, se desconoce si Corea del Norte ha logrado desarrollar y detonar con éxito una bomba de hidrógeno, aunque muchos expertos dudan que haya logrado dominar aún esta tecnología. La acción ha deparado la condena de muchos Gobiernos y motivado una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU para debatir nuevas sanciones para el país asiático.