"Se acabó la fiesta de los indignos, el Ecuador ya no está en venta", apuntó el mandatario, que arremetió contra el modelo neoliberal, al que acusó de todos los males del pasado y de la fuerte emigración.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, celebró este sábado los seis años que lleva en el poder con una multitudinaria concentración de simpatizantes en la ciudad andina de Guaranda y en medio de la campaña para las elecciones del próximo 17 de febrero, cuando irá por la reelección.
Correa, que asumió la presidencia el 15 de enero de 2007, en su discurso ante la muchedumbre congregada en la llamada "Plaza Roja" de Guaranda, destacó los logros de su Gobierno en materia de infraestructuras social, económica y productiva, pero aseguró que "lo mejor está por venir".
El mandatario achacó a Gobiernos anteriores la situación de miseria, atraso y abandono con la que dijo se encontró al llegar al sillón presidencial.
"Este ya no es el país de la desesperanza que heredamos, este es el nuevo país que está en marcha, que ya es posible, que ya es una realidad", afirmó el mandatario que a los comicios de febrero va como favorito, según las encuestas, sobre otro siete postulantes que quieren sucederle.
Durante su mandato, añadió, los ecuatorianos "hemos recuperado la dignidad, la fe y la esperanza en nosotros mismos", debido al importante avance de las infraestructuras y a la provisión universal de servicios públicos.
No obstante, dijo ante sus simpatizantes que el principal logro de su administración son "ustedes" y "esos rostros de esperanza" de los ecuatorianos.
"Se acabó la fiesta de los indignos, el Ecuador ya no está en venta", apuntó el mandatario, que arremetió contra el modelo neoliberal, al que acusó de todos los males del pasado y de la fuerte emigración que se dio en el país tras la crisis financiera de 1999.
"El país se levantó de las cenizas del neoliberalismo" que provocó que millones de emigrantes se vieran obligados a salir del país "por la voracidad bancaria, en corrupta alianza con la clase política" de entonces, afirmó Correa.
Insistió en que "lo mejor está por venir" y dijo que promoverá leyes para favorecer en el futuro a las amas de casa, a los conductores de unidades del servicio público y que distribuirá las inversiones públicas en todo el país.
"Tenemos que defender lo conseguido, sostener los cambios", pidió Correa a sus correligionarios y aseguró que "este es el momento para radicalizar" la llamada "revolución ciudadana" que aplica en el país, con el fin de "consolidar el nuevo amanecer que vive Ecuador".
"Es la hora de sumar fuerzas" porque "esta no es la victoria de un hombre ni de un partido, será la victoria definitiva de todo un pueblo", concluyó el mandatario.