El mandatario ecuatoriano afirmó que mientras exista la orden de captura en contra del ex ministro de Defensa y el expediente esté abierto, el presidente electo de Colombia no podrá visitar Quito sin correr el riego de ser detenido.
Quito. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo este lunes que el mandatario electo de Colombia, Juan Manuel Santos, podría ser arrestado si visita Quito, debido a que la justicia ecuatoriana mantiene vigente una orden de arresto en su contra.
Un juez local ratificó en abril la orden de prisión en contra de Santos -quien asumirá la presidencia de Colombia en agosto- acusándolo de ser autor intelectual de la incursión militar en territorio ecuatoriano, en la que murieron 24 personas, incluido el líder guerrillero Raúl Reyes.
La operación, ejecutada en marzo de 2008, provocó el rompimiento de las relaciones diplomáticas entre Quito y Bogotá y amenazó con desatar una crisis en la región, en la que se involucró directamente Venezuela.
"Lástima... mientras exista la orden de captura y el expediente este abierto no lo podrá hacer", dijo Correa en una entrevista con Reuters al ser consultado si Santos podría visitar Ecuador.
"La justicia es independiente y yo no puedo hacer nada", agregó el mandatario ecuatoriano, de visita en Caracas para participar en la celebración de los 199 años de la firma de la Declaración de Independencia de Venezuela.
La orden de prisión contra Santos fue emitida mientras se desempeñaba como ministro de Defensa de Colombia y tras la incursión militar para destruir un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Bogotá ha señalado que no reconoce la jurisdicción extraterritorial de la justicia ecuatoriana para investigar y juzgar a sus funcionarios, lo que ha puesto en peligro un arreglo formal entre ambos países.
Quito y Bogotá están avanzando en un proceso para restablecer sus lazos formales, en medio de pedidos de Ecuador para que Colombia entregue información sobre el ataque militar y una denuncia de un posible espionaje de la agencia de inteligencia colombiana DAS a su gobierno.
Correa aceptó una explicación formal de Bogotá negando el posible espionaje en su contra, y atribuyó la denuncia a un "resentido" que quiere "sembrar el caos".
Pero advirtió que "obviamente se sigue investigando".
Correa, quien ha calificado el ataque como una violación a la soberanía de Ecuador, dijo que podría asistir a la asunción de Santos "si lo invita".
Contratos petroleros. El mandatario ecuatoriano, un economista formado en Estados Unidos, se mostró además optimista con los resultados de la economía del socio más pequeño de la OPEP para 2010.
Sin embargo, reconoció que la caída que registrará el sector petrolero privado obligará a revisar la proyección de crecimiento de 6,8% fijada para este año.
"Probablemente (creceremos) un poco menos si nos falla el sector petrolero, como creo que fallará el sector petrolero privado", dijo el mandatario, ataviado en una camisa blanca con bordados indígenas.
Pero reconoció que en general la economía tendrá un "significativo crecimiento" gracias al sector no petrolero.
El Producto Interno Bruto de Ecuador creció 0,36% en 2009, y en el primer trimestre de 2010 registró una expansión de 0,60% interanual.
La contracción del sector petrolero se atribuye a una caída de la producción de las firmas privadas, que suspendieron su inversión a la espera de concluir negociaciones con el Gobierno para cambiar su modalidad contractual.
Quito busca cambiar los actuales contratos de participación por unos de prestación de servicios, para pagar una tasa por operación y obtener la totalidad de la producción de los campos.
El Gobierno envió recientemente una reforma a la Ley de Hidrocarburos para crear el marco legal de los nuevos contratos. En la norma se determina además un plazo de 120 días para concluir con las negociaciones.
En Ecuador operan algunas de las principales petroleras internacionales, como la española Repsol, la brasileña Petrobras, el consorcio chino Andes Petroleum, y la italiana Eni.
De no alcanzar un acuerdo, Correa adelantó que las áreas de concesión de las petroleras privadas serán expropiadas y pasarán a manos del Estado, aunque no descarta que se entreguen a empresas extranjeras privadas o públicas.
"La única razón de ser de una empresa extranjera trabajando en el Ecuador es que quiera explorar, es decir hacer inversión de riesgo. Para explotar lo hacemos nosotros", agregó.
"De lo que nos han manifestado las empresas, con todas vamos a llegar a un acuerdo", concluyó el mandatario con una sonrisa.