Centroamérica ha sido testigo del explosivo incremento de migrantes cubanos que tratan desesperadamente de alcanzar territorio estadounidense, ante el creciente temor a que el deshielo entre Washington y La Habana.
Paso Canoas. En medio de gritos de júbilo de un gran grupo de inmigrantes cubanos que buscan llegar a Estados Unidos, Costa Rica reabrió el sábado su frontera con Panamá despejando el paso para unos 1.200 isleños que habían quedado varados tras el repentino endurecimiento de los controles migratorios.
Centroamérica ha sido testigo del explosivo incremento de migrantes cubanos que tratan desesperadamente de alcanzar territorio estadounidense, ante el creciente temor a que el deshielo entre Washington y La Habana acabe pronto con los derechos de asilo que disfrutan desde hace décadas.
La inesperada decisión de Costa Rica esta semana de endurecer los controles fronterizos llevó a que algunos cubanos bloquearan el paso por la Vía Interamericana durante horas hasta que las autoridades comenzaron a emitir permisos temporales que permitirán a algunos llegar hasta Nicaragua.
Sin embargo, se desconoce si la administración del ex guerrillero Daniel Ortega, cercano aliado de la isla de gobierno comunista, permitirá el paso a los cubanos tras haber rechazado el viernes a un centenar de deportados desde la capital costarricense.
"Estamos enfrentando una situación extraordinaria", dijo a Reuters la subdirectora de migración Gladys Jiménez.
"Estamos a la espera de que Nicaragua reciba estas personas que van ahora con visa y que puedan continuar su tránsito normal", agregó.
Desde que en 1994 Washington implementó la llamada política "pie seco, pie mojado", los cubanos que lleguen a suelo estadounidense por tierra pueden legalizar su situación, mientras que los que sean atrapados en el mar serán deportados. Ahora, muchos creen que tras el apretón de manos en abril entre el presidente cubano, Raúl Castro, y su homólogo estadounidense, Barack Obama, el tiempo se acaba.
"La situación entre los Estados Unidos y Cuba está en la mente de la gente, porque están teniendo reuniones y podrían negarnos la Ley de Ajuste Cubano y la posibilidad de pedir asilo político", dijo Alain Pentón, una migrante cubana de 38 años, en el paso fronterizo.
"Uno tiene que prepararse para esta historia", aseguró.
Como muchos de sus compañeros, Pentón optó por tomar la vía centroamericana, que consideran más segura y menos vigilada que las 90 millas del estrecho de Florida. A través de este largo viaje, los cubanos vuelan legalmente a Ecuador para luego cruzar ilegalmente a Colombia y atravesar la región centroamericana hasta llegar a Estados Unidos, guiados por grupos delictivos.
Hasta septiembre de este año, unos 12.166 cubanos fueron reportados en la frontera de Costa Rica, un 126 por ciento más que en todo 2014 y casi cinco veces más que en 2013, según cifras oficiales.
De acuerdo a la Oficina de Aduanas y Fronteras de Estados Unidos, casi 27.300 cubanos entraron a ese país al cierre del año fiscal en septiembre de 2015, lo que supone un aumento del 78 por ciento respecto al 2014. De ellos, casi el 70 por ciento lo hizo a través del puesto fronterizo de Laredo, en Texas, mientras que solo 7.167 cubanos atravesaron exitosamente el estrecho para llegar a las costas de Miami.