Tras costosos trabajos de restauración, el célebre edificio reabrirá sus puertas con una función de ballet y ópera, a la que no asistirán ni la presidenta ni los gobernadores oficialistas.
Buenos Aires. El legendario Teatro Colón de Argentina, que ha recibido a grandes como el tenor Enrico Caruso y la soprano María Callas, reabre sus puertas el lunes tras costosos trabajos de restauración, pero las luces pueden verse opacadas por una disputa política.
La reapertura, que coincide con las celebraciones del bicentenario del primer gobierno patrio de Argentina y con los 102 años de la fundación del teatro, será engalanada con una fastuosa función de ballet y ópera en la que las sillas de la presidenta Cristina Fernández y los gobernadores oficialistas quedarán vacías.
Fernández no asistirá por un choque verbal con el jefe del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, el centro derechista Mauricio Macri, quien se refirió despectivamente al ex presidente Néstor Kirchner como el consorte de la mandataria.
La disputa verbal y la posterior decisión de Fernández de no asistir a la reapertura del teatro inaugurado el 25 de mayo de 1908, refleja el agrio antagonismo que hay entre las fuerzas políticas en Argentina, donde en octubre del año próximo se realizarán elecciones generales.
En esos comicios, Macri aspira a participar como candidato a jefe de Estado mientras que se espera que el ex presidente Kirchner haga lo mismo.
Los 8.202 metros cuadrados del Teatro Colón, cuyo foso puede dar capacidad a 120 músicos y posee una de las acústicas más perfectas del mundo, se preparan para recibir a unos 2.700 invitados.
Declarado como Monumento Histórico Nacional en 1989, la restauración y ampliación de todo el edificio de estilo francés costó unos 100 millones de dólares y demoró desde noviembre del 2006.
Además de recuperar el color original de la sala principal mediante la remoción de viejas capas de pintura y restaurar casi 2.600 piezas de mobiliario, fueron refaccionados 200 artefactos de iluminación, incluyendo una impactante lámpara de araña, y hasta el telón de 1936, además de presentar uno nuevo.
También hubo una redefinición de espacios de talleres, camerinos, salas de ensayo y lugares de esparcimiento, y se ajustaron sistemas como el de aire acondicionado, seguridad contra incendios e instalaciones eléctricas.