El consenso de los analistas políticos indica que, tras la gran votación recibida en la primaria celebrada este domingo 14 de agosto, la mandataria tiene el camino completamente allanado para obtener un nuevo período de gobierno.
Buenos Aires. La presidenta argentina, Cristina Fernández, quedó posicionada para obtener una segura reelección en la primera vuelta de los comicios de octubre tras arrasar este domingo en una votación primaria que dejó a la fragmentada oposición aún más debilitada.
Fernández, aliada con sectores de izquierda, obtuvo un 50% de los votos en la primaria convocada para escoger los candidatos a los comicios del 23 de octubre, que darían al oficialismo peronista un nuevo mandato de cuatro años en los que podría profundizar políticas intervencionistas.
Muy lejos de la mandataria, el diputado socialdemócrata Ricardo Alfonsín quedó en segundo lugar, con 12,1% de los votos, sacándole una mínima ventaja al peronista opositor y ex presidente Eduardo Duhalde, según los cómputos del 96,8% de las mesas.
"Es un reconocimiento a la gestión", dijo este lunes una sonriente Fernández en una inusual conferencia de prensa en la Casa Rosada. La mandataria no respondió preguntas sobre planes para su eventual próximo gobierno, indicando que "primero hay que cazar la liebre y después cocinar el guiso".
Pero tampoco negó, ante una pregunta sobre cómo Argentina afrontaría el pago de deudas en el futuro, un eventual regreso al mercado global de capitales en el 2012.
"Me parece que hablar del año que viene en este mundo de hoy es como hablar de dentro de dos siglos. Este año vamos a terminar de cancelar nuestras obligaciones con el método que hemos adoptado (...) y que es con reservas del Banco Central", explicó.
El consenso de los analistas políticos indica que, tras la gran votación recibida en la primaria, la mandataria tiene el camino completamente allando para obtener un nuevo período de gobierno.
"Con casi un 50% de los votos (Fernández) va camino a ganar en la primera vuelta. Además, el escenario de la oposición es muy complejo. Parece difícil, con tanta paridad, que algún dirigente opositor pueda concentrar el voto anti-Kirchner (anti-gobierno)", dijo a Reuters Mariel Fornoni, directora de la consultora Management & Fit.
Sergio Berensztein, socio de la firma de análisis político Poliarquía, dijo a una radio que la oposición dio una "ayuda increíble" a la presidenta con una "campaña amateur", indicando que "la fragmentación es un hecho crucial para entender el comportamiento electoral".
Victoria aplastante. Fernández, de 58 años, ganó la votación en 23 de las 24 unidades federativas de Argentina, obteniendo ventaja tanto en las grandes ciudades como en los distritos con mucho voto rural.
Este resultado muestra "la recuperación de los votos de sectores medios y de pequeños y medianos productores agropecuarios", dijo el sociólogo Artemio López, de la consultora Equis.
Gran parte de la clase media del país le había dado la espalda a Fernández hace dos años en los comicios de medio término. Y el poderoso sector agrícola, puntal de la economía local, se había rebelado contra su Gobierno en el 2008, cuando resistió con paros y movilizaciones un alza de impuestos.
En medio de la dispersión del voto opositor, el socialista Hermes Binner obtenía un 10,3% de los sufragios.
La oposición esperaba que los votos contra el gobierno confluyan hacia el postulante que quede mejor posicionado en la primaria, pero la paridad en los resultados de sus candidatos prácticamente aniquiló esa estrategia.
"Esto descoloca a la oposición", dijo la analista política Doris Capurro.
Las primarias -para las que estaban inscriptos unos 29 millones de votantes que concurrieron masivamente a las urnas- fueron organizadas para elegir los candidatos que competirán por la presidencia y otros cargos el 23 de octubre.
Los postulantes que no lograron un piso de un 1,5% de los sufragios quedaron eliminados de la carrera.
De los 10 precandidatos presidenciales que se presentaron en las primarias, siete obtuvieron el piso necesario de votos para presentarse en octubre.
El oficialismo hizo una elección muy superior a la que aspiraba. Antes de la primaria, apuntaba a lograr al menos un 40% de los votos, cifra que le permitiría ganar en primera vuelta los comicios con una diferencia de al menos 10 puntos porcentuales sobre el candidato en segundo lugar.
Los seguidores de Fernández festejaron la victoria política cantando y batiendo banderas con su nombre y con imágenes de Eva Perón, el guerrillero argentino-cubano Ernesto "Che" Guevara y Kirchner.
La gestión de Fernández cuenta con una amplia aprobación popular gracias a un fuerte crecimiento económico que tiene en una alta inflación uno de sus puntos débiles.
El intervencionismo en los mercados agrícolas también provoca quejas de productores y de opositores.
"El firme apoyo a la presidenta Fernández reduce la probabilidad de que el Gobierno ajuste pro-activamente la política económica a pesar de la evidencia de los desequilibrios y las preocupaciones del mercado acerca de la sostenibilidad en el mediano y largo plazo", dijo Felipe Hernández, analista de RBS Securities en Nueva York.
Los bonos soberanos de Argentina operaban estables en promedio el lunes, por la tranquilidad de los inversionistas ante un mejor clima en los mercados externos y el contundente triunfo oficialista en las primarias.