El Gobierno ha suspendido grandes eventos culturales y deportivos, pero hasta ahora ha evitado enviar a los trabajadores y estudiantes a sus hogares.

La Habana.- En momentos de pánico global por la pandemia de coronavirus, el Gobierno cubano ha instado a la calma, sosteniendo que el estrés debilita el sistema inmune y ha tomado más tiempo que sus vecinos del Caribe para introducir medidas drásticas, al confiar en la fortaleza de su sistema de salud.

El Gobierno ha suspendido grandes eventos culturales y deportivos, pero hasta ahora ha evitado enviar a los trabajadores y estudiantes a sus hogares. Cuba anunció este viernes el cierre de sus fronteras, excepto la entrada a los residentes en el exterior, permitiendo la salida de turistas extranjeros que permanecen en la isla.

La isla es reconocida por su preparación ante desastres naturales y epidemias por su destreza médica: sus doctores encabezaron la lucha contra el ébola en África occidental, por lo que muchas personas confían en el Gobierno para protegerlos.

Con el índice más elevado de médicos del mundo, según el Banco Mundial, Cuba tiene decenas de miles de doctores, mientras unos 28.000 estudiantes de medicina toca puerta a puerta en la isla para monitorear a la comunidad.

"El cierre de los centros de trabajo y enseñanza crea una situación de tensión y estrés que se sabe que disminuye el sistema inmunológico del cuerpo", dijo esta semana el jefe de epidemiología del Ministerio de Salud, Francisco Durán.

Cuba reportó el miércoles el primer fallecido por coronavirus, un turista italiano de 61 años. La cifra de contagiados por coronavirus aumentó a 21, todos importados y a unos 700 pacientes se les da seguimiento por trastornos respiratorios.

"Deberían cerrar las fronteras porque los casos provienen del extranjero", dijo Luis Rodríguez, de 48 años, que conduce un taxi. "Será difícil porque vivimos del turismo aunque la salud es lo primero".

En esa línea, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, informó el viernes sobre el cierre de las fronteras, excepto las entradas de residentes en el exterior, mientras que los turistas extranjeros tendrían que abandonar la isla en unos 30 días.

Críticos señalan que Cuba tiene la población más envejecida de América Latina y los ancianos son especialmente vulnerables a la enfermedad. El mayor acceso a internet en la isla ha generado más preocupación, ya que los ciudadanos han podido evaluar los enfoques de otras naciones.

La nación caribeña, con problemas de liquidez, que recibió más de 4 millones de visitantes en 2019, sostiene que la cantidad de casos y la falta de transmisión local, eran las causas que sostenían las autoridades para no haber tenido que restringir las fronteras del país.

Si bien la vida en La Habana ha continuado aparentemente de manera normal, algunos propietarios de negocios privados han optado por suspender sus operaciones.

"Cerraremos la próxima semana porque no podemos convertirnos en un sitio para que se propague el virus", dijo Nelson Rodríguez Tamayo, propietario de un bullicioso café situado en la zona colonial La Habana Vieja.