Las autoridades pusieron fin al indicado beneficio, que alzanzó a durar dos años, y que se suma a la reciente derogación de una fugaz oportunidad para importar vehículos desde la isla.
La Habana. Cuba, donde la compra de autos y piezas está restringida, puso fin a una resolución que permitía desde hace dos años a los cubanos practicar la importación de motores y carrocerías de automóviles y motocicletas.
La resolución, publicada este jueves por la Gaceta Oficial, fue derogada casi dos meses después de que el Gobierno comunista de la isla también suspendiera otra reglamentación, la que permitió, fugazmente, a los cubanos importar autos para reemplazar sus vehículos antiguos.
Las autoridades decidieron "derogar la Resolución No. 5 de 30 abril de 2007, del Jefe de la Aduana General de la República (...) (donde) se autorizó la importación de carrocerías completas y motores completos de vehículos automotores, por personas naturales", dijo la Gaceta en su sitio de internet (www.gacetaoficial.cu).
El texto oficial agregó que la derogación de la norma se debió a que "han variado las causas que dieron lugar a su aplicación", pero no ofreció otros detalles.
Hasta ahora las piezas de autos y motocicletas podían ser importadas sólo por cubanos que viajaban al exterior en misión oficial, quienes debían obtener previamente la autorización del del jefe de la Aduana General.
La medida favorecía a varias decenas de miles de médicos, maestros y otros profesionales cubanos que trabajan en programas sociales impulsados por el Gobierno en el extranjero.
A comienzos de marzo, Cuba había puesto fin también a otra resolución vigente desde abril del 2009, que permitió por poco tiempo a los cubanos reemplazar sus autos antiguos por modelos importados.
El Gobierno dijo entonces que la derogación de la resolución se debió a "irregularidades" en la norma, pero no ofreció otros detalles ni quedó clara la cifra de vehículos que fueron importados desde la implementación de la medida.
En Cuba la compra de automóviles y piezas es regulada por el Estado. Algunos profesionales, entre ellos artistas, deportistas o médicos y que trabajan en países aliados como Venezuela, pueden adquirir autos tras previa autorización estatal.
En la isla, que exhibe "discretas" mejoras en el transporte público pese a millonarias inversiones en el sector, sólo es legalizada la compra y venta de autos estadounidenses de las décadas de 1940 y 1950, cuyos precios pueden oscilar entre 3.000 y 40.000 dólares.