Ambos países pretenden intensificar su nivel de cooperación pese al deshielo en las relaciones cubano-estadounidenses. Castro asistirá a los festejos por el aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y Cuba, Raúl Castro, manifestaron en el Kremlin el deseo mutuo de mantener y desarrollar la alianza estratégica entre ambos países, cuando la isla ha comenzado el deshielo con EE.UU.
"No necesito describir la calidad de las relaciones ruso-cubanas, tienen una larga historia, y además celebramos el 55 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas. Estamos muy contentos de verle, bienvenido", dijo Putin a su invitado al comenzar la reunión.
Ambos líderes se saludaron calurosamente y se abrazaron delante de los periodistas antes de pasar a reunirse, acompañados de sus respectivas delegaciones y más tarde a solas.
El líder cubano, el primero de los visitantes internacionales en llegar a Moscú para asistir a las celebraciones del 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, agradeció a Putin la invitación.
"Yo no podía faltar a esta fiesta", afirmó Castro, tras referirse a "la gran victoria de los pueblos de la antigua Unión Soviética" sobre los nazis.
También destacó los importantes acuerdos en el plano económico que se lograron durante la visita que efectuó Putin a Cuba en julio del pasado año, que ahora se pretende llevar a la práctica.
Sobre ellos habló ayer, en su primer día de estancia en Moscú, con el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, en un encuentro centrado en la cooperación económica.
Puntos sobre las íes. Ni Putin ni Castro hicieron más declaraciones tras su reunión de hoy, de la que no se han dado tampoco más detalles, pero los analistas consideran que el principal objetivo del mandatario caribeño es convencer a Moscú de que a pesar del acercamiento entre Washington y La Habana, Cuba seguirá siendo un socio estratégico.
"Raúl Castro ha venido para poner los puntos sobre las íes y comunicar claramente a los dirigentes rusos que, a pesar de la importancia y la necesidad que tiene de desarrollar la colaboración con EE.UU., Cuba sigue plenamente interesada en desarrollar la cooperación con Rusia", dijo estos días el director del Centro de Estudios Políticos del Instituto de la Academia de Ciencias de Rusia, Borís Shmeliov.
La Habana necesita inversiones para sacar a su economía del punto muerto en que se encuentra, y en ese sentido irían los proyectos, en terrenos como la energía o las infraestructuras, que se quiere desarrollar con la ayuda de Moscú.
Además, según Shmeliov, el dirigente comunista buscaría obtener una suerte de garantía de seguridad de parte de Rusia para el caso de que llegara a la Casa Blanca un líder más duro que Barack Obama en política exterior, que cambiara el rumbo hacia Cuba marcado en marzo en la Cumbre de Las Américas de Panamá.
Las relaciones ruso-cubanas, que se enfriaron tras la desintegración de la URSS en 1991, fueron impulsadas de nuevo una década después.
El pasado año Rusia canceló el 90 por ciento de la deuda contraída por la isla ante Moscú durante la época soviética, de unos 28.000 millones de euros (US$31.000 millones).
Castro participará el sábado en el grandioso desfile militar en la Plaza Roja para conmemorar el 70 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, junto a otros aliados de Rusia, como el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, o el chino, Xi Jinping.
A la tradicional parada militar del 9 de mayo asistirán una treintena de jefes de Estado o de Gobierno mundiales, pero ningún líder occidental, pese a las invitaciones remitidas por Moscú, sometida a sanciones por su papel en la crisis de Ucrania.
"La asistencia de Castro a la parada demuestra que, pese a los intentos de EE.UU. de normalizar las relaciones con Cuba, la prioridad estratégica para La Habana sigue siendo Rusia", dijo a Efe Leonid Ivashov, antiguo general soviético y jefe de la Academia de Asuntos Geopolíticos de Rusia.
Precisamente cuando las relaciones ruso-estadounidenses pasan por una gran tensión, el mandatario cubano viajará el próximo domingo al Vaticano para agradecer al papa Francisco su mediación en el acercamiento entre Cuba y su vecino del norte.