Francisco tuvo un papel clave en el reciente restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, los dos países que visitará y donde hay expectativas sobre su papel en el largo y complejo camino que se avecina para consolidar los lazos entre ambos países.
La Habana. Halagados por la tercera visita papal en menos de dos décadas, los cubanos esperan ansiosos la llegada de Francisco el fin de semana a la isla, pero dudan que el primer sumo pontífice latinoamericano pueda interceder ante el Gobierno comunista para impulsar cambios profundos.
Francisco, nacido en Argentina hace 78 años, tuvo un papel clave en el reciente restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, los dos países que visitará y donde hay expectativas sobre su papel en el largo y complejo camino que se avecina para consolidar los lazos tras medio siglo de hostilidades.
"Lo que ha logrado entre Estados Unidos y Cuba es realmente una bendición, algo increíble. Hemos esperado toda una vida para eso", confesó Juan de la Torre, un católico de 47 años que acudió a las misas que celebraron los otros Papas en Cuba.
A pesar de haber participado en ese acercamiento histórico, entre los 11 millones de cubanos hay pocas esperanzas de que el Papa obtenga un compromiso del Gobierno de llevar a cabo reformas de fondo, como una apertura económica más veloz y cambios al sistema unipartidista.
Siguiendo la costumbre de las visitas papales previas, el Gobierno indultó el fin de semana a 3.522 presos. Pero eso para los cubanos no es suficiente.
"Necesitamos más apertura, más inversión. Pero no creo que (el Papa) influya en la economía", dijo Ariel Guerra, trabajador de un restaurante a espaldas de la catedral de La Habana.
Una gran bienvenida -que incluye restauraciones de iglesias y limpieza de calles- le espera a Francisco, que pisará la isla mayor de las antillas tras las visitas de Juan Pablo II en 1998, y de Benedicto XVI en 2012.
El primer Papa jesuita, reconocido por sus gestos de humildad como su decisión de vivir en la casa de huéspedes del Vaticano en lugar de en la residencia papal usada por sus antecesores, estará tres noches en Cuba antes de partir a Estados Unidos, donde visitará Washington, Nueva York y Filadelfia para finalizar el 27 su gira por América.
Francisco estuvo en julio en Ecuador, Bolivia y Paraguay, donde visitó barrios pobres y una violenta prisión, además de abogar por el medioambiente y los más necesitados.
En La Habana, Holguín y Santiago de Cuba celebrará misas, convivirá con religiosos y visitará el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, la patrona del país. Aunque no está en su agenda oficial, cientos de periodistas acreditados esperan que se reúna con el líder de la revolución, Fidel Castro, y que el presidente, su hermano Raúl, asista a todas sus misas como prometió en mayo en el Vaticano.
"Francisco es diferente (a los otros Papas). Es más humilde. Es del pueblo. De hecho, se podría caracterizarlo más como un 'Papa socialista'. Entonces, obviamente, va a caer bien en Cuba, ¿no?", dijo De la Torre sonriendo.
Alrededor del 60% de los cubanos es católico y expertos afirman que un porcentaje similar practica la santería u otra religión afro-cubana. Tras una reforma constitucional, en 1992, Cuba paso de ser un Estado ateo a uno laico.
Hechos tangibles. Aunque los cubanos de a pie no esperan milagros de la visita del Papa, funcionarios de la Santa Sede dijeron el miércoles que Francisco expresará el desacuerdo del Vaticano con el embargo estadounidense, pero sin abusar para que no se considere una interferencia con la política de Washington.
El presidente Raúl Castro estaría a la expectativa de un toque de atención público del Sumo Pontífice por el bloqueo a Cuba que, pese al reciente restablecimiento de las relaciones entre ambos enemigos de la Guerra Fría, aún sigue intacto.
Para satisfacción de sus anfitriones, los otros Papas que visitaron Cuba repitieron la postura del Vaticano contra las sanciones estadounidenses.
En el otro extremo del espectro, disidentes cubanos recogen firmas para pedirle al Papa que interceda por la liberación de más de 50 activistas encarcelados que consideran "presos políticos".
"Usted puede, y estamos seguros que es su deseo, contribuir a que el Gobierno cubano comprenda que no debe continuar golpeando y deteniendo arbitrariamente a decenas de mujeres pacíficas y a otros activistas defensores de los derechos humanos, sólo porque piensen diferente", dijo en una carta el grupo Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), que agrupa a varias organizaciones disidentes.
Sin embargo, no parecía posible un encuentro formal con el Papa para entregarle la misiva.
En las calles, sin embargo, donde ya pendían carteles que daban la bienvenida al Papa Francisco, pocos esperaban que el Pontífice se centre en la política unipartidista de Cuba.
Por el contrario, algunos prevén hechos más tangibles, como fueron la reinstauración de la Navidad como un día de fiesta nacional tras la visita del difunto Juan Pablo II y la celebración de la Semana Santa a petición de Benedicto XVI.
"La llegada del Papa será una bendición", dijo Roberto, un vendedor de 54 años que prefirió no revelar su apellido.
"Pero no traerá grandes cambios. Ojalá que sí, pero lo dudo", dijo a pocos metros de un póster con la imagen del Papa que decía "bienvenido a Cuba".