"Estamos aguardando las indicaciones, pero normalmente las confirmaciones sobre la asistencia del presidente Chávez son a último momento", dijo a periodistas en Brasilia el subsecretario de la cancillería para América del Sur, Antonio Simões.
Sao Paulo. ¿Viene o no viene? Una cumbre de la unión aduanera Mercosur en Brasilia será el viernes un nuevo test para la salud del presidente venezolano Hugo Chávez, que lleva semanas sin aparecer en público tras un tratamiento contra un cáncer.
Chávez tiene hotel reservado y un lugar con su nombre en la mesa de negociaciones de Itamaraty, el palacio modernista de la cancillería brasileña diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer.
Pero su viaje a Brasilia se decidirá a último minuto en Cuba, donde Chávez está siendo tratado desde la semana pasada de las secuelas de la radioterapia en medio de una nube de misterio que revivió los temores sobre su salud.
"Estamos aguardando las indicaciones, pero normalmente las confirmaciones sobre la asistencia del presidente Chávez son a último momento", dijo a periodistas en Brasilia el subsecretario de la cancillería para América del Sur, Antonio Simões.
Chávez, de 58 años, fue diagnosticado a mediados del 2011 con un tumor en la región pélvica y sometido desde entonces a tres operaciones en Cuba. En julio se declaró curado y en octubre fue reelecto por otros seis años para completar dos décadas al frente del país de la OPEP.
Pero Chávez no aparece en público desde 15 de noviembre y hasta dejó de comunicarse por Twitter, avivando los rumores sobre su salud.
La cumbre del viernes debe marcar el debut de Venezuela como miembro del Mercosur, una deprimida unión aduanera sudamericana formada además por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
"Si Chávez no aparece en su primera reunión como integrante pleno del Mercosur generará mucha desconfianza sobre su salud", dijo Marcelo Coutinho, un profesor de relaciones internacionales de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
Poca expectativas sobre Mercosur. La agenda de la reunión del Mercosur incluye por primera vez un foro de empresarios, en un guiño al sector privado duramente golpeado por la crisis global y un rebrote de proteccionismo en la región.
Las expectativas son, sin embargo, bajísimas.
"Nos hemos acostumbrado a no esperar demasiado de estas cumbres", dijo Marco Marconini, un ex secretario de comercio exterior brasileño y actual director de negociaciones internacionales del poderoso lobby industrial Fiesp.
"El sector privado no está tan conectado como debería con este proceso. Al inicio del Mercosur había más involucramiento, pero fue desvaneciéndose y (el bloque) se transformó en un show diplomático", comentó.
De hecho los presidentes del Mercosur tienen poco que celebrar. Argentina enfrenta a la posibilidad de un nuevo incumplimiento del pago de su deuda por las demandas de acreedores de sus bonos ante las cortes de Estados Unidos
Brasil, el otro gran accionista del bloque, no logra hacer despegar su economía tras gastar miles de millones de dólares en estímulos, recortes de tasas a mínimos históricos y medidas para evitar la apreciación del real.
La sexta mayor economía del mundo debe crecer debajo de 1,5% en el 2012, menos de la mitad del promedio regional.
Y el ambiente entre los socios del bloque es además tenso.
Brasil está irritado con Argentina por una serie de trabas comerciales que hundieron más de 20% sus exportaciones a ese país en los 11 primeros meses del 2012.
Paraguay, uno de los fundadores del bloque, sigue suspendido de reuniones como la del viernes por destituir más temprano este año de forma sumaria al presidente Fernando Lugo.
"Hay un discurso de integración, pero las acciones de los países conspiran contra eso", dijo Coutinho, de la Universidad Federal de Río de Janeiro. "En la práctica hay cada día menos Mercosur y más proteccionismo y bloqueo del libre comercio", añadió.
El resultado más probable de la reunión de Brasilia es que el Mercosur despeje el camino para la incorporación de Bolivia y quizás también Ecuador, otra ampliación hacia la izquierda tras el ingreso de Venezuela a mediados de este año.
El presidente boliviano Evo Morales y el ecuatoriano Rafael Correa tienen previsto participar en la reunión de Brasilia.
Los empresarios brasileños criticaron lo que perciben como una excesiva politización del bloque.
"Los gobiernos tienen que entender que no se trata sólo de política", dijo Marconini, del lobby industrial Fiesp. "El elemento de cohesión tiene que ser económico y comercial. La inestabilidad e imprevisibilidad no es buena para los inversores".