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Debilitada dirigencia agraria argentina busca diálogo con el gobierno de Fernández
Viernes, Agosto 19, 2011 - 18:23

Debilitados tras el 50% de los votos que logró Cristina Fernández, cuya reelección en los comicios de octubre se da por segura, dirigentes de uno de los sectores agrarios más pujantes del mundo dijeron que era necesario mejorar la relación con el gobierno.

Buenos Aires. La dirigencia agraria argentina, que apostó a un triunfo opositor y aún está aturdida por el aluvión de votos a la presidenta Cristina Fernández en la elección primaria, abandonará su tradicional beligerancia para buscar influir con más diálogo en la política sectorial.

Debilitados tras el 50% de los votos que logró Fernández, cuya reelección en los comicios de octubre se da por segura, dirigentes de uno de los sectores agrarios más pujantes del mundo dijeron que era necesario mejorar la relación con el gobierno, aún manteniendo la demanda de una menor regulación de los mercados domésticos.

"Uno espera que el diálogo sea mayor y que ese diálogo tenga algunas respuestas positivas", dijo a Reuters Omar Barchetta, vicepresidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), una de las cuatro grandes entidades rurales del país.

Fernández obtuvo en la primaria una amplia diferencia sobre la oposición, incluso en los distritos rurales del país, en los que la dirigencia sectorial es fuerte.

"Uno de los grandes derrotados del domingo pasado es la mesa de enlace (que reúne a los líderes rurales)", dijo el analista político Roberto Bacman.

Las primarias tenían el fin de definir los candidatos que disputarán en octubre la presidencia y otros cargos ejecutivos y legislativos, pero ante la abrumadora diferencia -de casi 40 puntos porcentuales- que obtuvo Fernández los analistas creen que las elecciones serán sólo una formalidad.

Resignación y apuesta por nuevas negociaciones. Ante la perspectiva de un gobierno que ganaría un nuevo mandato hasta el 2015, la mayoría de los dirigentes agrarios -que en el 2008 pusieron en jaque a la presidenta con una feroz protesta- parece resignarse y apuesta por la negociación.

"Estamos dispuestos a debatir y discutir, y ojalá que en esta etapa en la que el oficialismo ha consolidado una mayoría realmente importante, podamos debatir", dijo a una radio Carlos Garetto, presidente de la asociación rural Coninagro.

"No se puede vivir cuatro años confrontando. Nosotros somos un país que tiene que seguir funcionando, no vamos a ganar nada confrontando, siempre vamos a tener mejor resultado con el diálogo", añadió Barchetta, de la Federación Agraria, que engloba mayormente a productores de baja escala.

En la provincia de Buenos Aires, la mayor productora agropecuaria del país, el candidato oficialista a diputado y actual ministro de Agricultura, Julián Domínguez, obtuvo el 53% de los votos, en tanto que el opositor Mario Llambías, uno dirigente ruralista, cosechó un 3% de los sufragios.

"La reflexión que tenemos que hacer los productores es que no somos dueños de la verdad. Vamos a tener que cambiar muchas cosas para entender a una sociedad que nos dio la espalda", dijo a un periódico local Gastón Fernández Palma, presidente de la entidad de productores Aapresid.

Demandas en pie. Los dirigentes agrarios reclaman al Gobierno que libere los mercados de trigo y maíz, cuyas exportaciones se limitan para garantizar la oferta y contener alzas en los precios domésticos de los alimentos.

La mayoría de los productores también pide una baja en el impuesto a las exportaciones agrícolas -conocido como "retención"-, la tasa que en el 2008 disparó una extensa disputa cuando el oficialismo intentó subirla.

El gobierno ya aseguró que las retenciones a la soja -el principal cultivo del país- son inamovibles, pero el Ministerio de Agricultura dijo que pretende agilizar la concesión de permisos de exportación para el trigo y el maíz, para que los productores no se vean perjudicados por la reducida demanda.

Si bien los altos precios internacionales que actualmente registran los granos corrieron del centro de los reclamos a las retenciones, una caída en los valores podría disparar la tensión al disminuir los ingresos de los productores y también la recaudación que el Estado obtiene por las exportaciones.

"Por la experiencia que este gobierno ya ha tenido con el campo (agro), si va a haber un cambio en las retenciones, va a tener que ser negociado. Dudo que el gobierno repita una actitud tan dura como la que tuvo en 2008", dijo Bacman.

Divisiones. Las diferencias entre las cuatro entidades que en el 2008 protestaron en bloque contra el Gobierno son cada vez más notorias, y la distancia podría ahondarse tras una elección que ellos mismos consideraron una derrota.

Así como la Federación Agraria y en menor medida Coninagro no reniegan de la intervención estatal -que incluso impulsan muchas veces-, la Sociedad Rural y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) reclaman una liberación total de los mercados.

Tras las primarias, los dirigentes de las otras entidades se vieron obligadas a aclarar que el agro sigue siendo opositor, pero el líder de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, dijo que si la presidenta favorece a los productores de baja escala, "va a contar con nosotros a la par de ella".

En un gesto hacia la Federación Agraria y sectores afines, tras los comicios la presidenta Fernández pidió al Congreso que agilice la sanción de una ley que limita la compra de tierras por parte de extranjeros.

Autores

Reuters