En un su último discurso al frente de la tercera economía de América Latina, Fernández dijo que en los próximos cuatro años será necesario defender las conquistas de su Gobierno, que incluyen generosos subsidios y medidas de tono nacionalista.
Buenos Aires. Una multitud se reunió desde la tarde del miércoles en la capital argentina para despedir a la mandataria saliente, Cristina Fernández, quien en horas dejará el cargo tras 12 años de gestión de su partido para intentar liderar la oposición al Gobierno de centroderecha del presidente electo, Mauricio Macri.
Más temprano el miércoles, los legisladores del peronismo de centroizquierda oficialista dijeron que no acudirán al acto de asunción de Macri, una decisión que ahondó la tensión entre ambas administraciones luego de que Fernández confirmara que tampoco asistirá a la ceremonia de traspaso del mando presidencial.
En un su último discurso al frente de la tercera economía de América Latina, Fernández dijo que en los próximos cuatro años será necesario defender las conquistas de su Gobierno, que incluyen generosos subsidios y medidas de tono nacionalista.
"Como creemos en lo que hemos hecho, tenemos que tener la actitud positiva para ayudar a que esas cosas no puedan ser destruidas", afirmó en la noche del miércoles, en un encendido discurso ante una multitud de simpatizantes.
En la Plaza de Mayo, ubicada frente a la Casa de Gobierno, decenas de miles de personas se reunieron durante horas para apoyar las políticas de centroizquierda de Fernández, mostrando banderas de aliento y entonando cantos políticos.
"Las políticas neoliberales han dañado a nuestro país en el pasado, especialmente a los sectores más pobres y vulnerables. Estamos acá para mostrar que no vamos a permitirle (al nuevo Gobierno) que den marcha atrás con todo lo que hemos logrado", dijo Florencia Briglia, una estudiante de 29 años.
Más temprano el miércoles, Fernández -que fue electa dos veces seguidas como presidenta en 2007 y 2011- participó de un acto junto a su par de Bolivia, Evo Morales, en el que inauguró en la Casa de Gobierno una escultura en homenaje a su difunto esposo y antecesor inmediato en el cargo, Néstor Kirchner.
Macri -un liberal bien visto por los mercados- buscará abrir la economía, estancada tras años de políticas intervencionistas y de fuerte gasto público que ahuyentaron las inversiones y generaron un severo déficit fiscal. Pero muchas decisiones deberán ser consensuadas, ya que no tendrá control del Congreso.
Traspaso de poder. Las diferencias sobre el traspaso del mando escalaron hasta el Poder Judicial, que a pedido de allegados de Macri fijó el final del mandato de Fernández en la medianoche del miércoles, lo que deja el control de las ceremonias en manos del Gobierno que asume.
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Por lo tanto, la entrega de los símbolos del poder será en la Casa Rosada y no en el Congreso, como pretendía la mandataria saliente. Ello puso fin a un conflicto que llevó a situaciones grotescas como la disputa por el bastón de mando.
En el fallo del miércoles estipula que Macri no podrá asumir el poder hasta tanto no preste el juramento previsto para el mediodía del jueves en el Congreso de la Nación.
"Hasta tanto Mauricio Macri y Marta Gabriela Michetti juren como presidente y vicepresidente de la Nación, respectivamente, quien estará a cargo de la Presidencia de la Nación será el presidente provisional del Senado", señaló en su fallo la jueza federal María Servini de Cubría.
Federico Pinedo, del partido de Macri, es el actual presidente provisional del Senado, y él será quien le otorgará el bastón y la banda presidencial al nuevo mandatario.