Argentina ha sido un aliado de Estados Unidos a lo largo de los años, pero con graves disensiones en momentos concretos, más frecuentes desde comienzos de este siglo.
Redacción Internacional. La decisión de Argentina de recurrir ante la Corte Internacional de Justicia en la Haya las decisiones de los tribunales estadounidenses sobre la reestructuración de su deuda tensa sus relaciones bilaterales.
Argentina ha sido un aliado de Estados Unidos (EE.UU.) a lo largo de los años, pero con graves disensiones en momentos concretos, más frecuentes desde comienzos de este siglo.
Desde las presidencias de Juan Domingo Perón hasta las de Raúl Alfonsín, Washington negoció con vehemencia con Argentina el desmantelamiento de su programa nuclear, que consiguió finalmente.
La adhesión de Argentina al Movimiento de los Países No Alineados también fue objeto de roce entre ambos estados. En septiembre de 1991, el presidente Carlos Ménem anunció la retirada de su país de este grupo y, desde entonces, Argentina mantiene el estatuto de observador.
En 2003, la guerra de Irak hizo resentirse las relaciones bilaterales porque Argentina no avaló la "guerra unilateral" de EEUU contra Irak.
El gobierno argentino se enzarzó en 2004 en un disputa diplomática con EE.UU. a raíz de las críticas de Washington a la política del presidente Néstor Kirchner hacia Cuba y que fueron calificadas en Buenos Aires como "impertinentes".
Reconducidas las relaciones, la conflictiva frontera de México con EE.UU. fue motivo para que Buenos Aires criticara a Washington. Kirchner afirmó en el 2007 que la construcción de un muro allí era una "afrenta" contra los países.
Luego ocurrió el denominado "caso del maletín", sobre unas supuestas subvenciones irregulares para la campaña electoral de la aspirante presidencial Cristina Kirchner, abrió otra brecha entre ambos países a finales de 2007. Argentina acusó a EEUU de usar el caso con fines políticos.
Más recientemente, el gobierno de Argentina convocó en febrero de 2009 al embajador de EE.UU. en el país para exigirle "explicaciones" por unas controvertidas declaraciones del nuevo director de la CIA, Leon Panetta, sobre la presunta vulnerabilidad de la economía austral.
Dos años después, la incautación de material escondido en un avión militar estadounidense en Buenos Aires provocó en 2011 el segundo diferendo entre la Administración Obama y el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. La tradicional óptima colaboración militar entre ambos países quedó resentida.
Las relaciones comerciales también han sido motivo de disputa en los últimos años. En marzo de 2012, la Casa Blanca suspendió temporalmente a Argentina de los beneficios comerciales del Sistema Generalizado de Preferencias, que exime de aranceles a las importaciones de países en desarrollo.
Argentina tenía impagos más de US$300 millones que un tribunal arbitral fijo como indemnizaciones para dos compañías estadounidenses.
En diciembre de ese mismo año, en el marco de la Organización Mundial del Comercio, Argentina denunció a Washington por "impedir el libre comercio" y prohibir la exportación de algunos de sus productos a EE.UU.
Argentina ha abierto este jueves una nueva brecha en las relaciones con EE.UU: ha dado paso a la apertura de un procedimiento contra Estados Unidos ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por considerar que las decisiones adoptadas por los tribunales estadounidenses sobre la reestructuración de su deuda violan su soberanía.