Después de amargas disputas entre los líderes de los principales partidos políticos, el rey Felipe VI disuelve el Parlamento y convoca nuevas elecciones, previstas para el 26 de junio.
Los líderes de los principales partidos políticos españoles han fracasado a la hora de intentar formar gobierno, tras no haber sido capaces de lograr los suficientes apoyos para formar una coalición. Ante esta situación, los españoles tendrán que volver a votar.
Sin embargo, encuestas recientes muestran que los resultados de las elecciones convocadas para el próximo 26 de junio podrían no diferir mucho de los del pasado 20 de diciembre de 2015, por lo que el escenario político podría ser el mismo y el proceso de negociaciones empezaría de nuevo.
España lleva sin gobierno desde finales del año pasado. Los resultados de las pasadas elecciones dejaron un panorama político poco habitual en el país, con la irrupción de dos nuevas fuerzas políticas que pusieron fin al tradicional bipartidismo. Millones de votantes apoyaron a las nuevas formaciones Podemos (izquierda) y Ciudadanos (centro-derecha) como protesta tras años de corrupción desenfrenada y contra las duras medidas de austeridad aprobadas por el ahora presidente interino y líder del conservador Partido Popular (PP), Mariano Rajoy.
El único que ha intentado seriamente formar gobierno durante estos meses ha sido el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, quien llegó a firmar un acuerdo político con Ciudadanos y trató de convencer, sin éxito, a los líderes de Podemos para que se unieran al pacto. Las conversaciones, sin embargo, estaban condenadas desde el principio al fracaso. Y es que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, hizo una serie de demandas que incluían 6 Ministerios y la vicepresidencia del gobierno para sí mismo, algo que Pedro Sánchez y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, no estaban dispuestos a aceptar.
Podemos, por su parte, exigió a los socialistas que rompieran el acuerdo con Ciudadanos para formar una gran coalición de izquierda.
Mayor fragmentación. “La izquierda está muy fragmentada en España. Todo gira en torno a las personalidades. No se preocupan por lo que quiere la gente”, dice Pablo Simón Cosano, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III de Madrid. “En otros países, la fragmentación no es tan grave”.
Algunos creen que aumentará la abstención, lo que podría beneficiar a Podemos y Ciudadanos. Ambas formaciones seguirán plantando cara al PP y al PSOE.
Lluis Orriols Galve, también profesor en la Universidad Carlos III, predice que la participación en estos comicios será menos, algo “que puede perjudicar a los dos grandes partidos”.
Muchas personas consultadas por DW en los últimos días aseguraron que se plantean no votar el próximo 26 de junio.
“Los políticos han demostrado su falta de seriedad en los últimos meses. Anteponen sus propios egos y sus propios intereses a los de los españoles”, dice el jubilado de 72 años de edad Marcos García-Abelo mientras se toma un café.
“¿Para qué voy a perder el tiempo?”, se pregunta Yolanda Berrios, un ama de casa de 43 años que por lo general vota al PP. Y añade: “Si las encuestas dicen que nada va a cambiar, entonces creo que mi voto hará poca diferencia. Tengo muchos amigos que también planean boicotear las elecciones”.
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En un aprieto. Una serie de casos de corrupción de primer nivel destapados tras las elecciones de diciembre han puesto en un aprieto al PP. El hasta hace poco ministro de Industria y Turismo del PP, José María Soria, se vio forzado a renunciar después de que su nombre apareciera vinculado a una sociedad offshore en el escándalo de los Papeles de Panamá. Otro de los casos es el de la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, figura poderosa del partido en la ciudad durante más de dos décadas, e imputada en un caso de presunta financiación ilegal del partido.
A pesar de ello, las encuestas dadas a conocer por un canal de televisión nacional y los dos principales periódicos españoles muestran que el PP ganaría las elecciones del 26 de junio con en torno al 28-29% de los votos, porcentaje similar al que obtuvo en diciembre (28,7%). Los socialistas, por su parte, tras haber logrado 22% de apoyo el pasado 20 de diciembre, obtendrían un apoyo que rondaría entre el 19% y el 22%.
Las encuestas difieren sobre si Podemos lograría superar a los socialistas como segunda fuerza política, dependiendo de si decide, o no, formar una coalición con el partido Izquierda Unida (IU). Las dos partes llevan semanas negociando.
Con todo, a los españoles parece que les preocupan más otros problemas que la formación de un nuevo gobierno. Según una encuesta publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el desempleo, que ronda el 23%, y la corrupción política encabezan la lista de preocupaciones de los españoles.