La jefa del Estado de Brasil urgió a sus colaboradores a redoblar los esfuerzos para garantizar la seguridad del Mundial de Fútbol que se jugará entre el 12 de junio y el 13 de julio.
Dilma Rousseff dictaminó que las fuerzas de seguridad adopten todas las medidas necesarias para impedir que las protestas afecten la realización del Mundial, mientras continúa la huelga de la Policía Militarizada de Brasilia y la Asociación Nacional de Policías Federales anunció un paro.
La jefa del Estado urgió a sus colaboradores a redoblar los esfuerzos para garantizar la seguridad del torneo que se jugará entre el 12 de junio y el 13 de julio, materia para la cual el gobierno brasileño gastará unos US$640 millones, informó este lunes el diario O Estado de Sao Paulo.
En tanto, la Policía Militarizada de Brasilia continuaba hoy su huelga de brazos caídos, pese a que fue declarada ilegal por la Justicia.
Cientos de personas realizaron este domingo una manifestación de rechazo al aumento de la violencia frente al domicilio del gobernador de Brasilia, Angelo Queiroz, quien calificó como "cobardes" a policías que fueron grabados cuando festejaban la noticia de que los asesinatos se incrementaron 37 por ciento.
En ese contexto, la Asociación Nacional de Policías Federales advirtió que "existe la posibilidad cierta" de que lleve a cabo un paro nacional.
Lo anunció el vicepresidente de la entidad, Luis Baldens, quien detalló que "fue decidido la semana pasada por las 27 organizaciones (gremiales) y la dirección nacional".
"Decidimos cambiar la forma de negociación con las autoridades" porque "el gobierno insiste en dar aumento salarial sin atender otras demandas" y "siempre posterga la respuesta a nuestras demandas", agregó Baldens, según reportó la agencia de noticias ANSA.