Los 342 votos necesarios para continuar con el proceso contra la mandataria brasileña se obtuvieron en medio de gritos y llanto de los diputados.
Después de más cinco horas de votación, la cámara de diputados de Brasil dio luz verde a la acusación contra la presidenta Dilma Rousseff. De esta manera será el Senado el encargado de decidir si la mandataria enfrentará un juicio político que busca su destitución.
Dilma y los miembros de su administración tienen fe en que el Senado aborde el proceso en profundidad, es ahí donde se decidirá si la acusación prosigue con miras a un juicio que puede sacar definitivamente a la presidenta de su cargo. El Partido de los Trabajadores espera que en esa instancia se libere a la mandataria de todas las acusaciones, y así poder terminar su mandato el 2019.
El quórum de 342 votos fue alcanzado sin que tuvieran que votar los 513 diputados que tiene la cámara brasileña. La algarabía llenó el hemiciclo y los gritos de “fuera Dilma” acallaron a los que aclamaban “no habrá golpe”. “Cuanta honra me reservó el destino para dar este grito en nombre de todos los brasileños”, dijo el diputado Bruno Araújo, del Partido de la Social Democracia Brasileña, al anunciar el voto que le garantizó la victoria a la oposición.
Aunque la votación continuó, la algarabía por un lado y la tristeza de los miembros del Partido de los Trabajadores por el otro, se reflejó también en las calles de Brasil, donde el proceso fue seguido en vivo por miles de brasileños que se congregaron durante el día para manifestar su apoyo o rechazo a la actual mandataria.
Todo está en manos del Senado
A partir de este martes (19.04.2016) el Senado brasileño iniciará los trámites para decidir si finalmente se abre un juicio político contra Rousseff, proceso que duraría 10 días, tiempo en el que una comisión especial de 21 miembros elaborará un informe sobre el caso. Si la votación de los diputados es respaldada por los senadores, la presidenta deberá dejar su cargo durante 180 días, que es el tiempo con que cuenta el Senado para realizar el juicio. En ese periodo el vicepresidente Michel Temer ocupará el lugar de Rousseff.
Durante el juicio el Senado escucharía a la defensa y a la parte acusadora, además de otros testigos que puedan citar respecto a las irregularidades fiscales en las que incurrió el Gobierno en los últimos dos años. Después de esto se elabora un nuevo informe que se somete a la votación del Senado. Es ahí donde se decidiría la suerte definitiva de Dilma, si la encuentran culpable será destituida y perderá sus derechos políticos durante ocho años y el vicepresidente Temer deberá concluir el mandato.