Según los opositores, este domingo venció el plazo de "tres o cuatro meses" dado por el presidente Raúl Castro a la Iglesia Católica para excarcelar a 52 disidentes presos de la llamada Primavera Negra de 2003.
La Habana. Disidentes cubanos dieron este lunes 72 horas de plazo al gobierno para liberar a 13 presos políticos que han rechazado una oferta de exiliarse, antes de tomar nuevas medidas de presión.
Según los opositores, el domingo venció el plazo de "tres o cuatro meses" dado por el presidente Raúl Castro a la Iglesia Católica para excarcelar a 52 disidentes presos en la llamada Primavera Negra de 2003.
Treinta y nueve fueron liberados desde julio a condición de que se marcharan del país, pero los 13 que se rechazaron marchar al exilio continúan tras las rejas.
"Estamos dando 72 horas para entonces ver", dijo Laura Pollán, líder del grupo de familiares de presos políticos Damas de Blanco.
Pollán, cuyo esposo Héctor Maseda es uno de los 13 disidentes todavía presos, no quiso adelantar qué medidas tomarían una vez agotado ese plazo.
Pero dijo que esperaban obtener alguna respuesta del cardenal Jaime Ortega, el principal interlocutor de Castro en el proceso de excarcelaciones con quien prevén reunirse el miércoles.
"El gobierno no está engañando a las Damas de Blanco, no está engañando y jugando con los sentimientos nuestros ni de nuestros presos. Se están burlando de la Iglesia", dijo.
La Iglesia Católica dijo sin embargo que mantenía su fe.
"Estamos a la espera y deseando que se tomen las mejores decisiones para aliviar esta zozobra", dijo a Reuters el portavoz de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, monseñor José Félix Pérez.
"El hecho de que todavía permanezcan 13 personas en prisión (...) hace pensar que deben ser liberados próximamente de acuerdo con aquella promesa", añadió.
El gobierno cubano ve a los disidentes como "mercenarios" a sueldo de su enemigo Estados Unidos.
Raúl Castro ha dicho que ninguno de los opositores liberados desde julio fue arrestado por sus ideas, sino por delitos contra la seguridad del Estado.
Pero las excarcelaciones han aliviado la presión internacional sobre Cuba tras la muerte en febrero del preso en huelga de hambre Orlando Zapata y el hostigamiento de las Damas de Blanco por partidarios del Gobierno.
En la ciudad de Santa Clara, 270 kilómetros al este de La Habana, el disidente Guillermo Fariñas consideraba este lunes la posibilidad de emprender una nueva huelga de hambre si el Gobierno no excarcelaba pronto a los 13.
"No descartamos ninguna posición por parte nuestra, pero por ahora dejamos la negociación en manos de las Damas de Blanco", dijo por teléfono.
Fariñas realizó este año un ayuno de más de cuatro meses para presionar al Gobierno para que liberara a algunos disidentes con problemas de salud.
La protesta fue interrumpida en julio tras el anuncio de que Castro liberaría a medio centenar de disidentes. El Parlamento Europeo le concedió en octubre el Premio Sajarov a los derechos humanos.
Pollán dijo que le preocupaba la salud de Fariñas, demasiado deteriorada para realizar otra huelga de hambre.
"La Iglesia nos dijo que rezáramos y esperáramos, que tenían fe que las cosas se iban a resolver", dijo.