El Partido Justicialista (PJ), como se denomina el peronismo, es una enorme criatura que desde hace décadas domina los hilos del poder en Argentina gracias a una flexibilidad que le permite controlar sindicatos, gobiernos provinciales y la mayoría de los legisladores.
Buenos Aires. La conflictiva renovación que atravesará el peronismo tras ejercer el poder por 14 años facilitará al presidente electo de Argentina, Mauricio Macri, la búsqueda de los aliados políticos que tanto necesitará para gobernar con minoría en el Congreso y una dura oposición.
El Partido Justicialista (PJ), como se denomina oficialmente el peronismo, es una enorme criatura que desde hace décadas domina los hilos del poder en Argentina gracias a una flexibilidad que le permite controlar sindicatos, gobiernos provinciales y la mayoría de los legisladores.
Muchos consideran que para otros partidos es imposible gobernar el país sin el consenso del peronismo y, como ejemplo, mencionan los casos de las gestiones de Raúl Alfonsín y Fernando De la Rúa, quienes debieron abandonar antes de tiempo el poder en 1989 y 2001, respectivamente.
Ahora Macri, el líder de la centroderecha que asumirá en una semana, tiene el enorme desafío de impulsar una economía estancada, equilibrar las cuentas y reducir una elevada inflación evitando cualquier tropiezo que pudiera poner en jaque su gestión.
Para eso ya comenzó a dialogar con el peronismo en el Congreso y en los sindicatos, en busca del respaldo que necesitará para aprobar leyes y aplicar reformas de libre mercado que atraigan inversiones luego de años de intervencionismo estatal de la presidenta Cristina Fernández.
Tras su derrota en el balotaje, se espera que el peronista Daniel Scioli compita con Fernández y los principales gobernadores del PJ por el liderazgo del partido, en una disputa a la que no se descarta que se sume luego el disidente Sergio Massa, quien terminó tercero en los comicios presidenciales.
"Hay que hacer un seguimiento de la interna del peronismo. Está la liga de gobernadores y también La Cámpora (grupo de seguidores de Fernández). En la liga de gobernadores vemos una actitud muy constructiva hacia el futuro Gobierno", dijo a Reuters el diputado y futuro senador del PRO -el partido de Macri- Federico Pinedo.
"Al Frente Renovador (del peronista disidente Massa) lo veo como un probable aliado. Vamos a tratar de hacer acuerdos a largo plazo", añadió, dejando entrever que el futuro presidente podría encontrar más escollos entre los aliados de Fernández.
Una fuente del Frente Renovador, que dijo que Massa no disputará por el momento el liderazgo del peronismo, aseguró que su partido está dispuesto a colaborar con Macri, aunque no ciegamente. "Vamos a ayudar en un montón de cosas, pero vamos a marcar lo que no nos parezca".
En busca de un mayor consenso, Macri se reunió el jueves con el poderoso sindicalista peronista Hugo Moyano, quien asoma como otro aliado debido a la mala relación que desde hace años mantiene con Fernández.
"La discusión interna del peronismo es una ventaja para Macri. Hay una cantidad importante de legisladores que responde a los gobernadores. Es difícil que esos gobernadores encuentren rédito en el kirchnerismo (facción que responde a Fernández)", señaló el analista Pablo Knopoff, de la consultora Isonomía.
"Esos gobernadores necesitan la aprobación de su gestión en sus provincias. Y su gestión tiene que ver con la relación que tienen con el presidente. Si necesitan un acueducto, van a necesitar colaboración del presidente", dijo.
Liderazgo en la oposición. Ante la falta de candidatos con suficiente popularidad para disputar la presidencia, Fernández -quien tiene un alto respaldo popular pero no podía postularse a una nueva reelección- eligió a regañadientes al moderado Scioli como sucesor.
Tras una campaña en la que sobraron los cortocircuitos entre las facciones de Scioli y de Fernández, todos esperan que la puja se traslade al liderazgo de un peronismo que a lo largo de su historia ha albergado tanto a furibundos neoliberales como a comunistas.
"Scioli tiene fijado un objetivo: Senado 2017, Presidencia 2019. Va a tener que ir a una contienda interna para ver quién lidera el peronismo y Cristina va a ser la principal rival. Massa, por fuera o por dentro (del partido), también va a ser un adversario", dijo una fuente del equipo de campaña de Scioli.
Muchos analistas dan por hecho que la líder de centroizquierda Fernández buscará mantener el protagonismo político, aunque su estilo beligerante y controvertido le ha generado varios enemigos en las filas del mismo peronismo.
"Hay gobernadores peronistas que creen que ella tiene que conducir, otros creen que tiene que conducir otro. El problema que puede haber es si en lugar de ser una puja racional termina siendo una caza de brujas de unos contra otros", afirmó una fuente del actual Gobierno.
En el pasado, las disputas internas del peronismo han concluido en conflictos sociales o, peor, crisis que afectaron la gobernabilidad.