El presidente Donald Trump, actualmente en gira por Asia, calificó al incidente como un “espantoso tiroteo” y un “acto de maldad”, pero volvió a descartar que el acceso a las armas en Estados Unidos sea un problema.
Un hombre abrió fuego este domingo en una iglesia de Texas matando a 26 personas que asistían a un servicio religioso, en uno de los peores tiroteos de la historia reciente de Estados Unidos.
El presidente Donald Trump, actualmente en gira por Asia, calificó al incidente como un “espantoso tiroteo” y un “acto de maldad”, pero volvió a descartar que el acceso a las armas en Estados Unidos sea un problema.
“Tenemos un montón de problemas de salud mental en nuestro país, pero no es una situación imputable a las armas”, declaró Trump en rueda de prensa en Tokio, primera escala de su gira por Asia.
Esta masacre ocurrió a solo cinco semanas de la registrada en Las Vegas, el tiroteo más mortífero perpetrado en este país con un saldo de 58 muertos, que había reactivado una vez más el debate sobre la reglamentación de las armas de fuego.
El domingo hacia las 11:20 (14:20 de Chile), un “joven hombre blanco de una veintena de años”, “vestido totalmente de negro”, armado con un fusil de asalto y usando un chaleco antibalas, abrió fuego en la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, una localidad rural, dijo Freeman Martin, responsable de las fuerzas del orden en Texas.