"Cuando el Estado Islámico está haciendo cosas de las cuales nadie ni siquiera ha oído hablar desde la época medieval, ¿no estaría uno a favor del ahogamiento simulado? En lo que a mí concierne, tenemos que combatir el fuego con fuego", dijo el mandatario en una entrevista con la cadena de televisión estadounidense ABC.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó el miércoles que le parece bien utilizar la tortura con los terroristas con el fin de "combatir el fuego con fuego".
"Cuando el Estado Islámico está haciendo cosas de las cuales nadie ni siquiera ha oído hablar desde la época medieval, ¿no estaría uno a favor del ahogamiento simulado? En lo que a mí concierne, tenemos que combatir el fuego con fuego", dijo el mandatario en una entrevista con la cadena de televisión estadounidense ABC.
Mencionó que se había reunido recientemente con altos cargos de los servicios de inteligencia quienes le aseguraron que, "sin duda alguna", la tortura funciona.
La decisión definitiva sobre la aplicación o no de la tortura a presuntos terroristas dependerá del nuevo secretario de Defensa, James Mattis, y del también recién designado director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Mike Pompeo, añadió Trump.
"Si no quieren hacerlo, está bien. Si quieren, trabajaré con ese fin", subrayó.
Previamente, Mattis había expresado su esceptismo sobre la conclusión de que la tortura funciona.
A raíz de la guerra contra el terrorismo emprendida por el entonces presidente estadounidense George W. Bush, las agencias de inteligencia norteamericanas establecieron cárceles especiales para las personas sospechosas de estar implicadas en actos de terrorismo.
Según se ha informado, en esas prisiones clandestinas los reos eran sometidos a varias torturas, entre ellas el ahogamiento simulado, la privación del sueño y el abuso físico.
Esta práctica tensó las relaciones de EE.UU. con los países de Oriente Medio y empañó su propia imagen en la arena mundial.
En enero de 2009, una vez que tomó posesión de su cargo, Barack Obama firmó una orden ejecutiva presidencial para cerrar esas cárceles y poner fin a la tortura de presuntos terroristas.
Tras ocho años, muchos políticos en Washington han dejado de apoyar estas drásticas medidas punitivas.
Fuentes allegadas al gobierno estadounidense citadas por los medios locales dijeron que era posible que Trump firmase en breve una orden ejecutiva para decidir sobre si retomar o no la tortura.
"El presidente puede firmar cualquier orden ejecutiva que quiera. Pero la ley es la ley. No vamos a hacer que regrese la tortura a EE.UU.", manifestó en una declaración el senador republicano John McCain, representante en el Congreso de la línea dura.