A la lista de fracasos de Peña, según The Economist, se suma el hecho de que el comisionado para la seguridad en Michoacán, Alfredo Castillo, aún no haya podido tomar el control de la situación en la región de Tierra Caliente.
Como un “fracaso político” calificó The Economist a la Gendarmería Nacional, anunciada el año pasado por el presidente Enrique Peña Nieto y que se tiene previsto que arranque funciones en julio de este año con sus primeros 5.000 elementos.
Este proyecto estaba encabezado por el jefe de la Comisión de Seguridad Nacional (CNS), Manuel Mondragón, quien renunció a su cargo en el organismo, aunque continuará como asesor estratégico en materia de seguridad del gobierno federal, según informó este domingo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
“Peña entró en la oficina con una gran nueva idea sobre la seguridad: establecer rápidamente una gendarmería rural de al menos 40.000 elementos de tropa, entrenados como policías, del excesivamente grande Ejército mexicano. Al poner estos cuerpos (de seguridad) en tierra y proteger a los políticos y los jueces, esta fuerza habría sido hecha a la medida para Tierra Caliente”, dice la editorial de la publicación.
“Los líderes militares y los gobernadores estatales mataron al plan. En cambio, una gendarmería mucho menor de 5.000 reclutas civiles se lanzará a finales de este año. Eso parece demasiado poco, demasiado tarde. A pesar de sus recientes éxitos contra capos de la droga, la derrota política por la gendarmería puede rondar al señor Peña y su administración”, agregó.
A la lista de fracasos de Peña, según The Economist, se suma el hecho de que el comisionado para la seguridad en Michoacán, Alfredo Castillo, aún no haya podido tomar el control de la situación en la región de Tierra Caliente, así como el surgimiento de los grupos de autodefensa en la región que podrían tornarse en contra del gobierno.
“El gobierno parece perplejo. Castillo dijo que iba a restaurar el orden en 15 días, pero no hay ninguna señal de que tiene una estrategia pensada para tratar ya sea con los vigilantes [autodefensa] o la anarquía que los vio nacer. Eso es alarmante, sobre todo porque el germen de vigilantismo ha aparecido en otras partes de México. La experiencia en otros países de América Latina sugiere que los cercanos a Peña arriesgan al coquetear con un monstruo”, explicó la editorial de la revista británica.
The Economist citó casos como el colombiano en la década de 1980 donde surgieron agrupaciones como Autodefensas Unidas de Colombia, que reunió a más de 20.000 paramilitares que se unieron a las filas del narcotráfico, resultando decenas de miles de civiles masacrados y robo de tierras.
“El embrión del monstruo ya está implantado en la Tierra Caliente. Las fuerzas de autodefensa resultan tener miembros con pasados dudosos y el tipo de rifles de asalto y armamento improvisado –blindados coches– es la marca comercial de narcos. Ellos se han dividido en facciones enfrentadas, y están imponiendo la expulsión de los alcaldes”, advirtió.
* Vea además en El Economista: Mondragón renuncia a la Comisión Nacional de Seguridad