Los gobiernos de Ecuador y Costa Rica suscribieron el Convenio de Delimitación Marítima en el Océano Pacífico, con el que “proyecta a 200 millas las Islas Galápagos (en Ecuador) y la Isla del Coco (en Costa Rica)”.
Luego de 29 años de diálogos, Ecuador cerró la demarcación de sus fronteras marítimas.
Los gobiernos de Ecuador y Costa Rica suscribieron el Convenio de Delimitación Marítima en el Océano Pacífico, con el que “proyecta a 200 millas las Islas Galápagos (en Ecuador) y la Isla del Coco (en Costa Rica)”.
El canciller Ricardo Patiño explicó que con este tratado “Ecuador habrá concluido con sus países vecinos la delimitación y demarcación de sus fronteras terrestres y marítimas, un proceso que inició desde su nacimiento como república independiente, que no ha estado exento de conflictos, dificultades y frustraciones”.
Los encuentros para definir los límites se iniciaron en 1978; pero no fue hasta 1985 que las dos naciones suscribieron un primer instrumento, que ahora, a través del nuevo convenio, es adaptado a las normas internacionales que establece la Convención de las Naciones sobre el Derecho del Mar (Convemar), con la que se introducen “coordenadas precisas, ajustadas al sistema de referencia geodésico WGS-84, a los puntos de base y puntos equidistantes, desde los que se han trazado las líneas geodésicas que constituyen el límite marítimo”, detalló Patiño.
Su homólogo costarricense, Enrique Castillo, resaltó que este hecho “simboliza el acercamiento entre los dos países, cierra un ciclo y abre una nueva etapa: se sientan las bases para la nueva era y para la más alta cooperación en temas de mutuo interés”, anotó.
A la suscripción de este acuerdo, cuyo contenido no se divulgó, acudieron el vicepresidente, Jorge Glas; el alto mando de las Fuerzas Armadas; y la ministra de Defensa, María Fernanda Espinosa.
La funcionaria pidió que esta nueva delimitación sea parte de los nuevos textos escolares, pues ahí se debe aclarar: “Al norte limitamos con Colombia; al sureste, con Perú; al noroeste, con Costa Rica; y al oeste, con la cuenca Asia-Pacífico”.
El vicepresidente señaló, a su turno, que este hecho es un ejemplo “del diálogo” que demuestra que en América Latina “somos nosotros mismos quienes resolvemos nuestros temas pendientes y somos capaces de debatir nuestros problemas”.
Mauricio Gándara, internacionalista y ex embajador, cree que la ratificación limítrofe era “una necesidad para que no se sobrepongan las líneas y aspiraciones de los países”.
“Esta delimitación ayudará a evitar roces, confrontaciones y malos entendidos, pero hay que esperar a ver cómo lo han hecho”, acotó el ex diplomático.
