El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, alabó la labor de la Iglesia católica en el diálogo nacional y criticó los ataques contra los obispos por parte de los paramilitares favorables al Gobierno de Ortega y que actuarían con el consentimiento de la Policía Nacional.
Washington. El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, acusó este jueves al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, de estar librando una "guerra" contra la Iglesia católica, que actúa como mediadora en el diálogo nacional que busca una salida a la crisis sociopolítica que ha dejado más de 295 muertos desde abril, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
"El presidente Ortega está virtualmente librando una guerra contra la Iglesia católica", dijo Pence en una ceremonia en el Departamento de Estado, que acoge desde este martes una cumbre sobre libertad religiosa con la participación de más de 80 representantes de Gobiernos de todo el mundo.
El vicepresidente alabó la labor de la Iglesia católica en el diálogo nacional y criticó los ataques contra los obispos por parte de los paramilitares favorables al Gobierno de Ortega y que actúan con el consentimiento de la Policía Nacional, según organismos como la CIDH.
"Muchedumbres respaldadas por el Ejército armadas con machetes e incluso con armas pesadas han atacado parroquias y propiedades eclesiásticas. La policía ha agredido físicamente a obispos y sacerdotes", afirmó Pence.
El vicepresidente reconoció al padre Raúl Zamora, que se encontraba en el público y al que llamó "héroe de la fe" por haber refugiado este mes en su parroquia de la Divina Misericordia a los estudiantes que huían de la represión en la Universidad Nacional de Nicaragua (UNAN), uno de los focos de las protestas contra Ortega.
"Déjeme decirle padre, nuestras oraciones están con usted y el pueblo de Estados Unidos está con usted por su libertad religiosa y por la libertad en Nicaragua", subrayó Pence.
Ortega culpa a la influencia externa, también de EE.UU. Las manifestaciones contra Ortega comenzaron el 18 de abril, aunque la violencia se ha recrudecido en los últimos días con ataques como el de la UNAN y contra ciudades controladas por la oposición, como Masaya, lo que ha provocado la condena de la comunidad internacional.
Ortega atribuye la violencia a una influencia de países como EE.UU. para derrocarlo y ha llegado a llamar "golpistas" a los obispos, mediadores en el diálogo nacional que busca una salida al conflicto.
Hasta ahora, EE.UU. ha revocado una veintena de visados a funcionarios y otros individuos implicados supuestamente en la violencia y, además, ha sancionado a tres altos cargos nicaragüenses cercanos a Ortega, entre los que figura el jefe de la Policía Nacional, Francisco Díaz. Al ser preguntado esta semana por Efe, un alto funcionario del Departamento de Estado rechazó detallar si EE.UU. impondrá más sanciones.