Este miércoles, un gran jurado federal de Miami acusó a Diego Pérez Henao, un supuesto narcotraficante colombiano que sería el líder de una banda conocida por su acrónimo "Bacrims".
Miami. Las autoridades estadounidenses aumentaron sus esfuerzos por reprimir a las pandillas colombianas que envían cocaína a los jefes del narco en México, que luchan contra las fuerzas de seguridad de su país.
Este miércoles, un gran jurado federal de Miami acusó a Diego Pérez Henao, un supuesto narcotraficante colombiano que sería el líder de una banda conocida por su acrónimo "Bacrims".
Pérez Henao sigue prófugo y la acusación es parte de una campaña cada vez más severa por parte de Washington contra pandillas fuertemente armadas y de asociación libre que trafican droga desde Colombia, el principal productor de cocaína del mundo.
Los grupos han buscado llenar el vacío dejado por los alguna vez poderosos, pero actualmente desmantelados, sindicatos de tráfico de droga en el país sudamericano como el Cartel de Cali y el Cartel del Norte del Valle.
La oficina de la fiscalía federal en Miami también anunció el miércoles que estableció una unidad especial para concentrarse en combatir a las pandillas junto con responsables judiciales colombianos.
Funcionarios estadounidenses dijeron que los grupos colombianos están integrados predominantemente por ex miembros de organizaciones paramilitares de extrema derecha, pero también incluyen a ex guerrilleros izquierdistas.
En conjunto las pandillas llevan toneladas de cocaína colombiana mensualmente a puntos de entrega en América Central y México, donde gran parte de ella es comprada por los cárteles mexicanos.
Más de 34.000 personas han muerto en México desde que el presidente Felipe Calderón envió al Ejército para combatir a los cárteles de la droga en diciembre de 2006, empañando la imagen del país y ahuyentando a los inversores por la expansión de la violencia.
Con los cárteles colombianos debilitados por las operaciones antinarcóticos dirigidas por Washington, las autoridades dicen que las pandillas mexicanas ahora asumieron el rol primario de llevar las drogas colombianas al lucrativo mercado estadounidenses.
"El éxito de las agencias del orden en remover el liderazgo de las organizaciones más importantes de narcotráfico en Colombia resultó en pequeños grupos aliados que continúan la importación a gran escala de cocaína en Estados Unidos", dijo en un comunicado Mark Trouville, un agente de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA, por su sigla en inglés).
Colombia ha recibido desde el 2000 más de US$6.000 millones en ayuda estadounidense en su lucha contra las guerrillas izquierdistas y los narcotraficantes. Pero el país continúa exportando 400 toneladas de cocaína cada año.
Autoridades estadounidenses recientemente acusaron exitosamente a otros ocho jefes del narco en Colombia y sus asociados, con tres bajo arresto y aguardando ser extraditados desde Colombia.
Funcionarios estadounidenses también buscan acusar a los líderes de pandillas en Colombia bajo un estatuto que permite que individuos sean acusados de conspirar para manufacturar y distribuir más de cinco kilos de cocaína enviada a Estados Unidos aún si están afuera del país.