Tras su llegada al país, García fue liberado sin ningún cargo que se le impute debido a una la Ley de Amnistía aprobada en 1993 que prohíbe investigar, enjuiciar y encarcelar a personas vinculadas a delitos y crímenes durante la guerra civil (1980-1992).
San Salvador. El militar en retiro José Guillermo García, vinculado a numerosos crímenes de guerra, torturas y violaciones de derechos humanos en los primeros años de la guerra civil en El Salvador, llegó el viernes al país centroamericano deportado desde Estados Unidos.
Tras su llegada al país, García fue liberado sin ningún cargo que se le impute debido a una la Ley de Amnistía aprobada en 1993 que prohíbe investigar, enjuiciar y encarcelar a personas vinculadas a delitos y crímenes durante la guerra civil (1980-1992).
A García, de 82 años de edad y quien fue ministro de Defensa entre 1979 y 1983, se le vincula a numerosos casos, como el asesinato del arzobispo de San Salvador, monseñor Óscar Romero en marzo de 1980, la muerte de cuatro monjas estadounidenses en 1981 y varias masacres de campesinos en zonas rurales del país.
La Junta Migratoria de Apelaciones de Estados Unidos ratificó en diciembre una orden de deportación contra del militar salvadoreño que había apelado a una sentencia de expulsión en 2014.
El Gobierno estadounidense mantiene una política de negar residencia a personas vinculadas a violaciones de derechos humanos.
El Salvador mantuvo una guerra civil que enfrentó a la ex guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y al Ejército salvadoreño, financiado por Estados Unidos, que costó unas 75.000 vidas y dejó 8.000 desparecidos.
"Viene a nuestro país y esperamos que se retome la justicia que tanto ha faltado, esa impunidad a graves violaciones a derechos humanos en donde se involucra al general García", dijo Ovidio Mauricio, un activista por los derechos humanos.
A su llegada al aeropuerto, situado al sur de la capital, varios familiares de víctimas recibieron al militar con reclamos de justicia y reparación de daños.
"¡Viva El Salvador!", se limitó a gritar el general retirado mientras era escoltado por su familia.
Este es el segundo caso de un militar salvadoreño vinculado a crímenes de guerra que ha sido deportado por Estados Unidos. En abril de 2015, el Gobierno estadounidense repatrió al general Carlos Vides Casanova, ex director de la Guardia Nacional.