El documento, al que tuvo acceso Efe antes de ser presentado en la Universidad de Johns Hopkins en Baltimore (Maryland), propone que las políticas antidrogas se basen en la "ciencia y no la política".
Washington, EFE. EE.UU. divulgó este martes su estrategia antidrogas para 2013 que marca las prioridades del presidente Barack Obama para su segundo mandato, que incluyen ampliar los fondos y el acceso a programas de tratamiento y salud mental a más de 60 millones de personas para 2020 mediante la reforma sanitaria.
El documento, al que tuvo acceso Efe antes de ser presentado en la Universidad de Johns Hopkins en Baltimore (Maryland), propone que las políticas antidrogas se basen en la "ciencia y no la política", por considerar que la drogadicción "no es solo un asunto de la justicia criminal sino también una gran preocupación de salud pública".
"El mensaje principal es que nos estamos centrando por completo en un modelo de salud pública y la importancia de tratar a personas con problemas de drogas, porque no podemos solucionar este problema mediante arrestos ni mediante la legalización de las drogas", dijo a Efe el "zar" antidrogas de EEUU, Gil Kerlikowske, horas antes de presentar la estrategia junto a otros expertos.
"Esperamos que entre la solicitud de fondos del presidente Obama y la reforma sanitaria, millones de personas recibirán la ayuda que necesitan y eso nos ayudará a reducir los costos del sistema judicial", agregó Kerlikowske, quien destacó que la reforma sanitaria de 2010 exige que las aseguradoras cubran a personas con problemas de drogadicción.
Entre más de un centenar de medidas contra el consumo de drogas en EE.UU, el plan incluye un incremento de unos US$1.500 millones en fondos federales respecto a 2012, para programas de prevención y tratamiento del abuso de drogas.
En 2011, de los 21,6 millones de estadounidenses a partir de los 12 años de edad que necesitaban ayuda por el consumo de alcohol o drogas ilícitas, sólo 2,3 millones o un 10,8% recibió tratamiento.
Por ello, la estrategia busca ampliar el tratamiento entre grupos vulnerables como veteranos de guerra y estudiantes universitarios, entre otros.
Según datos oficiales, EEUU invirtió US$9.200 millones en programas de tratamiento y prevención en el año fiscal 2012. Para el ejercicio fiscal de 2014 Obama ha solicitado US$10.500 millones para programas de prevención y tratamiento del abuso de drogas.
El documento, que tiene unas 104 páginas en siete capítulos, hace énfasis en políticas para el combate "inteligente" contra el crimen derivado del consumo de drogas de tal forma que, en vez de ir a la cárcel, los infractores no violentos vayan a programas de tratamiento.
La estrategia incorpora reformas del sistema de justicia criminal, incluyendo los tribunales para drogadictos y programas para reducir las tasas de encarcelamiento, además de programas comunitarios.
La oficina de Kerlikowske aseguró que el énfasis en la prevención, en particular entre los jóvenes, rinde mayores frutos, tomando en cuenta que por cada dólar invertido en este tipo de programas escolares hay un ahorro potencial de hasta US$18 en el tratamiento de drogadictos.
En aras de la "responsabilidad compartida", el documento destacó la urgencia de continuar la cooperación en la lucha antidrogas con México y Centroamérica, para que los progresos registrados con esos países "no resulten en el desplazamiento de la amenaza (del narcotráfico) a la región" del Caribe.
La estrategia también subraya la necesidad de combatir el abuso de medicamentos recetados, incluyendo analgésicos, muchos de los cuales contienen opioides y crean dependencia, como la codeína, la metadona, hidrocodona y Oxycontin.
El abuso de esos analgésicos sin fines médicos ha hecho sonar la alarma entre las autoridades de EE.UU., donde sólo en 2010 se registraron más de 1,3 millones de visitas a urgencias, más del doble de la cifra de 2004 y superando incluso el número de visitas por el abuso de todas las drogas ilícitas en su conjunto, indicó el documento.
En 2010, más de 38.300 estadounidenses murieron por culpa de una sobredosis con recetas médicas, en particular analgésicos con opioides, agregó.
En general, el consumo de drogas en EE.UU. ha bajado sustancialmente en los últimos 30 años, en parte por la cooperación entre las autoridades locales, estatales, federales e internacionales.
En años recientes el consumo de la cocaína ha bajado en un 50%, mientras que el de metanfetaminas ha bajado en casi una tercera parte desde 2006.
Sin embargo, el uso de la heroína aumentó de 373.000 personas en 2007 a 620.000 en 2011. Según el documento, para algunos drogadictos, el camino hacia la heroína comienza con el uso de opioides con receta médica.