Un alto funcionario del Departamento de Estado, citado por la agencia Reuters, afirmó que Washington no se ha dado por vencido respecto a alcanzar un compromiso, pero ve pocas posibilidades de que Teherán abandone su programa nuclear.
Washington. La visita del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a Irán este fin de semana podría ser la última oportunidad para alcanzar un compromiso con Teherán por su disputado programa nuclear antes de nuevas sanciones de la ONU, dijo el jueves un alto funcionario del Departamento de Estado estadounidense.
"Creo que veríamos la visita de Lula como quizás la última gran oportunidad de compromiso", dijo a reporteros el funcionario, quien habló bajo condición de anonimato.
El funcionario dijo que Washington no se ha dado por vencido respecto a alcanzar un compromiso, pero ve pocas posibilidades de que Teherán abandone su programa nuclear sin la aplicación de más sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Estados Unidos y algunos de sus aliados acusan a Irán de usar su programa nuclear civil como fachada para buscar armas nucleares. Irán lo niega y asegura que su programa es un intento pacífico para generar energía eléctrica.
Brasil, que tiene un puesto temporal en el Consejo de Seguridad de la ONU, se opone a más sanciones contra Irán por sus planes de enriquecimiento de uranio y afirma que dichas medidas generalmente golpean a los más pobres y que podrían llevar a que Teherán se radicalice aún más.
Durante su viaje de dos días a la capital iraní, el carismático Lula intentará persuadir al presidente Mahmoud Ahmadinejad a reconsiderar una estancada propuesta de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por su sigla en inglés), en virtud de la cual Irán enviaría uranio pobremente enriquecido al extranjero y recibiría a cambio un uranio de mayor grado.
Si los esfuerzos rinden frutos, Lula podría atribuirse el crédito de desactivar una crisis de seguridad global.
Pero si Irán pone obstáculos, los escépticos seguramente dirán que Teherán simplemente estaba explotando los sueños de reconocimiento global de Brasil para retrasar nuevas sanciones.