Un conflicto legal de grandes proporciones amenaza a Guatemala. Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, acusó al país por su deficiente protección de los derechos laborales y anunció, ante el Senado de su país, que podría llevarle a juicio de solución de controversias.
Un conflicto legal de grandes proporciones amenaza a Guatemala. Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, acusó al país por su deficiente protección de los derechos laborales y anunció, ante el Senado de su país, que podría llevarle a juicio de solución de controversias.
La Casa Blanca investiga al país centroamericano, por una demanda efectuada en 2008 por el sindicato Federación Americana del Trabajo - Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO, por sus siglas en inglés).
El requerimiento denuncia el asesinato de dos líderes sindicales: Pedro Zamora y Marco Tulio Ramírez, así como el despido de trabajadores en tres empresas del país.
"No estamos satisfechos, estamos considerando dar el próximo paso", dijo Clinton, en referencia a activar el mecanismo de solución de controversias, informó el matutino guatemalteco El Periódico.
La funcionaria estadounidense expresó su frustración, ya que el país no ha mostrado voluntad para resolver el conflicto en la fase de consultas, que tiene como plazo límite el 9 de marzo.
El gobierno guatemalteco manifestó que carecen de notificación oficial sobre los informes que presentó el país en diciembre y enero.
Érick Coyoy, ministro de Economía, dijo a El Periódico que el país prepara iniciativas ante el Congreso para que el Ministerio de Trabajo tenga facultad de emitir sanciones en casos de violaciones a derechos laborales y el incumplimiento de prestaciones cuando se cierre una empresa.
Por su lado, el sector empresarial consideró que solamente la amenaza de juicio ya les representa una barrera comercial que afectará a empresas exportadoras, trabajadores y la economía.
Rolando Figueroa, asesor laboral de la Comisión de Vestuario y Textiles (Vestex), dijo que los consumidores de Estados Unidos podrían resistirse a adquirir productos de origen guatemalteco, ya que tienen una percepción sensible hacia estos temas.