Libia podría sumirse en una guerra civil si Muammar Gaddafi se niega a renunciar, dijo este martes Estados Unidos, y su demanda cobró un nuevo peso luego de reportes no especificados sobre preparaciones militares en Occidente.
Washington. Libia podría sumirse en una guerra civil si Muammar Gaddafi se niega a renunciar, dijo este martes Estados Unidos, y su demanda cobró un nuevo peso luego de reportes no especificados sobre preparaciones militares en Occidente.
Pero el líder envió fuerzas hacia una zona de la frontera oeste de su país, desafiando la presión económica y militar de Occidente y elevando los temores de que la revuelta más sangrienta del mundo árabe pueda volverse más violenta.
Su hijo Saif al-Islam advirtió a Occidente que no conduzca ninguna acción militar para derrocar a su padre y declaró que el veterano líder no se irá al exilio ni renunciará.
"Usar la fuerza contra Libia no es aceptable, no hay motivos, pero si quieren (...) estamos preparados, no tenemos miedo", dijo a Sky Televisión, y agregó: "Vivimos aquí, morimos aquí".
En Moscú, una fuente del Kremlin sugirió que Gaddafi debería dimitir, calificándolo de "cadáver político viviente que no tiene lugar en el mundo civilizado moderno", reportó la agencia de noticias Interfax.
En una declaración preparada ante legisladores estadounidenses en Washington, la secretaria de Estado Hillary Clinton dijo que Libia podría transformarse en una democracia o encarar un prolongado conflicto civil.
"En los próximos años, Libia podría convertirse en una democracia pacífica o podría enfrentar una extensa guerra civil", aseveró.
La embajadora estadounidense en Naciones Unidas, Susan Rice, dijo que su país mantendrá la presión política y económica sobre Gaddafi hasta que renuncie y que trabajará para estabilizar los precios del petróleo y evitar una posible crisis humanitaria.
"Vamos a presionar a Gaddafi hasta que renuncie y permita al pueblo de Libia expresarse libremente y decidir su propio futuro", declaró en una entrevista en el canal ABC.
Estados Unidos dijo el lunes que acercaba buques y aviones hacia el país y el primer ministro británico, David Cameron, anunció que su Gobierno trabajaría para preparar una zona de "no-vuelo" para proteger al pueblo libio.
Inyectando una nota de precaución al pensamiento militar de Occidente, el ministro de Relaciones Exteriores francés Alain Juppe dijo que no habrá una intervención occidental en el país productor de petróleo sin un claro mandato de la ONU.
Pero Cameron, hablando en Londres el martes, indicó que Occidente estaba considerando sus opciones militares debido a que no es "aceptable una situación en la que el coronel Gaddafi está asesinando a su propio pueblo usando aviones y helicópteros".
Sin embargo, Gaddafi se mostraba totalmente ajeno a la presión externa.
Mientras Occidente sopesaba opciones militares, crecían las sospechas de que el veterano líder, que ha ostentado el poder por 41 años, no comprende la fuerza de los rebeldes reunidos en su contra.
"Todo mi pueblo me ama. Ellos morirían para protegerme", dijo Gaddafi el lunes a la cadena estadounidense ABC y la BBC, desestimando la importancia de una rebelión contra su mandato que acabó con su control sobre gran parte del este de Libia.
Cerca de la capital libia había filas fuera de las panaderías en la mañana del martes. Algunos residentes indicaron que muchas tiendas estaban limitando el número de barras de pan que se podía comprar por persona, llevando a que fueran en grupos para asegurar los suministros necesarios.
"La situación es muy tensa", dijo Salah, médico de 35 años que se encontraba en una panadería. "Por supuesto que estoy preocupado. Mi familia está aterrada. Están esperando en casa. Hemos escuchado disparos", declaró.
En la tienda donde se encontraba, otras 15 personas esperaban en fila para entrar.
"Pero las personas están juntas. Espero que la situación se calme, Tengo 35 años y ésta es la primera vez que veo algo como esto en Libia. Es de terror", señaló.
Canales de televisión interrumpidos. Un residente de Trípoli dijo que el principal canal de televisión estatal, Jamahiriya, ya no estaba disponible. Libiya, otro de los tres canales de Libia, informó a los televidentes que la señal estaba sufriendo interferencias, agregó la fuente.
En Libia, todos los canales están controlados por el Estado. Aún no era claro si la interferencia estaba relacionada con una campaña liderada por grupos en el exilio para convencer a los operadores de televisión satelital que dejen de transmitir los canales libios.
En Bengasi, el bastión de la oposición, los residentes dijeron que no había escasez de alimentos y otros productos de necesidad básica a pesar de que muchas fábricas y tiendas habían dejado de funcionar desde el comienzo de la revuelta.
Apenas 12 horas después de que Estados Unidos dijera que movía buques de guerra y aeronaves cerca del país petrolero del norte de Africa, las fuerzas libias reforzaron el martes su presencia en el cruce fronterizo Dehiba del extremo sur, decorando el puesto con banderas verdes del país.
Reporteros en el lado tunecino vieron vehículos militares libios y soldados armados con rifles Kalashnikov. El día anterior, no había presencia de seguridad libia en el cruce fronterizo. Dehiba se encuentra a unos 60 kilómetros de la ciudad de Nalut.
En otra parte del oeste, residentes dijeron que fuerzas leales a Gaddafi se desplegaron en Nalut para asegurar que no caiga en manos de activistas contra Gaddafi.
En Ras Jdir, en la frontera con Túnez, guardias tunecinos dispararon al aire para intenter controlar una marea de personas que demandaba cruzar para escapar de la violencia.
Decenas de miles de personas, en su mayoría trabajadores inmigrantes, han huido de Libia desde que comenzó el levantamiento contra Gaddafi.
Alrededor de 70.000 personas han pasado por el cruce de frontera en Ras Jdir en las últimas dos semanas y en los últimos días el número ha aumentado a 15.000 por día, dijo Ayman Gharaibeh, un funcionario de la agencia de refugiados de la ONU.
Pese a su resistencia en Trípoli, el poder de Gaddafi se ha disminuido dramáticamente. Numerosos líderes tribales, funcionarios, oficiales y unidades del Ejército se han unido a los rebeldes, tomando el poder de vastas regiones del país de 6 millones de habitantes, incluyendo el este, rico en petróleo.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, llamó a las potencias mundiales a implementar por completo la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre Libia.
El texto, adoptado el sábado, incluye un congelamiento de los activos de Muammar Gaddafi, una prohibición de viajes y refiere la brutal represión de su régimen a la Corte Penal Internacional (CPI).