Críticos del acuerdo de paz que el presidente Juan Manuel Santos firmó en noviembre del 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para acabar con un conflicto de 52 años que ha dejado 220.000 muertos, han advertido de un posible debilitamiento del aparato militar que ha enfrentado por décadas a la guerrilla, las bandas criminales y el narcotráfico.
Nilo. El Ejército de Colombia, tras el acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC, seguirá fortaleciéndose para combatir a los grupos armados ilegales que intenten ocupar las regiones desalojadas por los rebeldes y evitar un incremento de la violencia, el narcotráfico y minería ilegal, dijo el viernes un oficial de alto rango.
Críticos del acuerdo de paz que el presidente Juan Manuel Santos firmó en noviembre del 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para acabar con un conflicto de 52 años que ha dejado 220.000 muertos, han advertido de un posible debilitamiento del aparato militar que ha enfrentado por décadas a la guerrilla, las bandas criminales y el narcotráfico.
Pero el comandante del Ejército de Colombia, general Alberto José Mejía, quien presidió la graduación de 1.200 soldados profesionales en este fuerte militar del centro del país, aseguró que el acuerdo de paz no llevará a una reducción del pie de fuerza ni de las capacidades para combatir a los grupos armados ilegales.
"Estos 1.200 nuevos soldados profesionales hacen parte de un grupo de más de 5.000 que van a graduarse este año y van a ser desplegados a las áreas más críticas de Colombia. El propósito es trabajar muy duro ocupando áreas inestables, de donde salieron las FARC y en donde estamos haciendo erradicación de cultivos ilegales", aseguró Mejía a periodistas.
"El Ejército continúa fortaleciendo sus capacidades", precisó al revelar que como parte del proceso de transformación se crearán cuatro fuerzas de despliegue rápido conformadas por brigadas móviles de soldados profesionales apoyadas por helicópteros para cubrir todo el país y combatir a cualquier organización por fuera de la ley.
El Ejército de Colombia cuenta actualmente con 240.000 efectivos, incluidos 79.000 soldados profesionales, cifra que se incrementará en los próximos años.
Unos 68.000 efectivos de las Fuerzas Militares y de la Policía serán enviados a las zonas desalojadas por las FARC para ocuparlas, asegurarlas y evitar la expansión de los cultivos de hoja de coca -la materia prima de la cocaína- y de la minería ilegal.
El Ejército estima que unos 300 combatientes de las FARC se apartaron de los acuerdos de paz con el Gobierno como disidentes, mientras que otros 6.000 se encuentran concentrados en la fase previa para dejar las armas y cumplir los pactos.
Mejía reiteró que las bandas criminales dedicadas al narcotráfico y la minería ilegal, las disidencias de las FARC, al igual que todos los integrantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), actualmente en negociación de paz con el Gobierno, serán combatidos militarmente hasta que dejen las armas y cesen la violencia.