Antes de entrar en la capilla Sixtina, lugar donde tradicionalmente se eligen a los papas, los cardenales se reúnen en la cercana capilla Paulina, donde el purpurado que preside el rito les recordará en latín que están allí para elegir al Sumo Pontífice.
Ciudad del Vaticano, EFE. El cónclave que comienza hoy en la capilla Sixtina se desarrolla en latín, idioma oficial de la Santa Sede y lengua litúrgica de la Iglesia Católica y todo el ritual está recogido en el "Ordo rituum conclavis", de 1978, usado para la elección de Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Antes de entrar en la capilla Sixtina, lugar donde tradicionalmente se eligen a los papas, los cardenales se reúnen en la cercana capilla Paulina, donde el purpurado que preside el rito les recordará en latín que están allí para elegir al Sumo Pontífice.
En procesión recitarán las letanías de los santos y las invocaciones a Cristo en latín.
Concluidas las letanías y una vez que cada uno ha ocupado su asiento cantarán el "Veni Creator Spiritus", himno de invocación al Espíritu Santo, también en latín.
Después se producirá el juramento de los cardenales, "De iure iurando". Todos, a la vez, pronunciarán la larga fórmula, por la que se juran observar la Constitución Apostólica "Universi Dominici Gregis", sobre la elección del papa y defender hasta la extenuación los derechos espirituales y temporales, además de la libertad de la Santa Sede.
Asimismo se comprometen a mantener el secreto de todo aquello que concierne a la elección del Romano Pontífice y todo lo que ocurre en la sixtina.
Después cada uno de los cardenales dice el siguiente juramento: "Et ego ...cardinalis ...spondeo, voveo ac iuro (Y yo, ... cardenal ... prometo, me obligo y juro).
Y poniendo las manos en el Evangelio agregarán: "Sic me deus adiuvet et haec sancta dei evangelia quae manu mea tango" (Que Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco con mi mano).
Cuando el último de los cardenales electores ha prestado el juramento, el Maestro de Ceremonias Litúrgicas Pontificias, el arzobispo Guido Marini, dirá "extra omnes", y todos los que no participan en el cónclave saldrán de la capilla Sixtina y se cerrarán las puertas.
Ya a solas, comenzará "de electione Romano Pontifice" (la elección del Romano Pontífice), y los cardenales cuando se acercan a la urna para depositar el voto formularán el siguiente juramento: "Pongo por testigo a Cristo Señor, que me juzgará, que doy mi voto al que, según Dios, considero que tiene que ser elegido").
Una vez producida la elección canónica del papa, el último de los cardenales diáconos llama a la capilla Sixtina al Secretario del Colegio Cardenalicio, al Maestro de Celebraciones Litúrgicas y a dos ceremonieros para el ritual: De acceptatione et proclamatione electi romani pontificis.
El cardenal decano, aunque en esta ocasión -visto que el decano y el vicedecano son octogenarios y no son electores- será el cardenal Giovanni Battista Re quien formulará la pregunta al elegido:
"Acceptasne electionen de te canonice factam in summum pontificem?" (¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?).
Una vez dada la respuesta afirmativa, le preguntará: "quo nomine vis vocari?" ("¿Con qué nombre quieres ser llamado?").
El nuevo sumo pontífice responderá: "vocabor..." (Me llamaré...).
Ya hay papa y hay que anunciarlo al mundo de manera solemne. El "Ordo Rituum conclavis" establece el ritual: "De sollemni nuntio electi romani pontificis atque de eius prima benedictine "Urbi et orbi".
El cardenal protodiácono, en este ocasión será el francés Jean Louis Tauran, se asomará a la logia de las bendiciones de la basílica de San Pedro y anunciará al pueblo la elección con estas palabras: "Annuntio vobis gaudium magnum; habemus papam: eminentissimun ac reverendissimum dominum, dominum ... sanctae romanae ecclesiae cardianlem ... qui sibi nomen imposuit ..."
(Os anuncio una gran alegría Tenemos Papa el eminentísimo y reverendísimo señor ...el nombre Cardenal de la Santa Iglesia Romana, que ha tomado como nombre ...).
Después el nuevo Papa pronuncia sus primeras palabras a los fieles e imparte la bendición Urbi et Orbi, a la ciudad de Roma y todo el mundo. Ya hablará, presumiblemente en italiano, visto que pasa a ser obispo de Roma.
La primera misa la celebrará al día siguiente en la Sixtina y será también en latín.